No se encontraron resultados.Esclava de sus palabras

“El Instituto es un orgullo para los beltranenses y ya había personas enojadas que se acercaron para ver por qué se pararon las obras. Antes de que el malestar siguiera creciendo, consulté a la fuente para llevarle la tranquilidad a la comunidad educativa de que las obras van a continuar en los próximos días”, declaró en un pasquín oficialista la intendente Liliana Canut en abril del año pasado, en lo que era el comienzo de su campaña electoral que a la postre la depositaría en el cargo que ocupa hoy.

Esta semana, pocos días después del comienzo del ciclo lectivo, volvió la preocupación por las demoras en las construcción del ¿futuro? edificio que albergará al Instituto Nº22 de Fray Luis Beltrán, una institución terciaria que, como dijo Canut, es realmente un orgullo para la localidad. También es cierto que en abril del año pasado ya existía el enojo en los vecinos de la ciudad por las demoras en las obras. Lo que lamentablemente no podemos afirmar es que la construcción esté en marcha, de hecho está paralizada hace desde hace meses.

Casi un año después de la promesa de la entonces concejal y hoy jefa municipal, no se ha vuelto a colocar un ladrillo en la edificación. El concejal Mariano Cominelli, tal como se puede observar en la página 7, expresó su preocupación por el tema y, sobretodo, por el silencio que prevalece en el oficialismo con respecto al tema.

La demora en la obra no sólo genera importantes perjuicios en los estudiantes del terciario Maestro Addad, sino que también causó grandes inconvenientes para los alumnos de la Escuela Nº 1014. Es que para avanzar en la construcción del nuevo establecimiento se procedió a la demolición del antiguo comedor del establecimiento primario y hoy cientos de chicos reciben su ración diaria en un pequeño salón, donde deben ir pasando en tandas.

Esta situación ventila nuevamente, a pesar de que muchos pongan el grito en el cielo, el rumor que los vecinos de Beltrán menos quieren escuchar: el Instituto podría tener su futuro en otra localidad, más precisamente en San Lorenzo, donde hoy ya se están dictando algunas carreras. En Septiembre del año pasado, Liliana Canut también había desmentido que ella analizara esa posibilidad y aseguró: “Son malintencionados que no tienen otra forma de ensuciar mi imagen y apelan a chicanas de la vieja política”.

Lo bueno es que ahora ocupa un lugar central en la escena y en gran medida dependerá de sus gestiones y su esfuerzo el futuro de tan importante institución. Además, “cada uno es dueño de sus actos y esclavo de sus palabras”.