El hecho ocurrió en una vivienda de calle 39 entre 129 y 130, donde acudieron efectivos tras un llamado al 911 alertando sobre personas heridas. Al llegar, encontraron a Castro con una herida de arma de fuego en el cuello, mientras que Duarte yacía sin vida en el patio delantero. Médicos del SAME constataron su fallecimiento: presentaba dos disparos, uno en la espalda y otro en el hombro.

El caso fue recaratulado como “homicidio triplemente calificado”: por el vínculo, violencia de género y uso de arma de fuego. La investigación está a cargo de la fiscal Ana Medina, de la UFI N°1 de La Plata.

La hija mayor de la víctima confirmó que el niño fue testigo del crimen. El menor relató que sus padres habían discutido durante todo el día y que Castro le quitó el celular a su madre tras agredirla físicamente, antes de dispararle dos veces y luego intentar suicidarse.

El niño fue examinado por personal médico, que verificó lesiones leves compatibles con su testimonio. La escena del crimen reveló un aparente forcejeo y cinco vainas servidas calibre 9 mm, además de impactos en el paredón perimetral.

Tanto Duarte como Castro se encontraban bajo arresto domiciliario con pulseras electrónicas: ella imputada por tenencia de drogas con fines de comercialización, y él, desde junio, por una causa de homicidio calificado. Castro tiene un extenso prontuario con antecedentes penales desde 2013, entre ellos portación ilegal de armas, encubrimiento y homicidio agravado.

Mientras el imputado permanece sedado en el Hospital Larraín, la DDI La Plata y la SubDDI Berisso trabajan en la recolección de pruebas y testimonios clave. La causa sigue en desarrollo, con nuevas pericias en curso.