
No se encontraron resultados.Querida Gloria:
Es tiempo de que me presente. No nos hemos conocido, pero he escuchado mucho acerca de ti. Debo confesarte que me he enamorado. Esta confesión te puede sorprender, ya que no sabes nada de mi excepto lo que otras personas te han dicho, no los tomes mucho en serio, en realidad una vez que me conozcas verás que no soy tan malo. Y mis sentimientos por ti no cambiaran nunca mientras viva.
“Espero que esta carta te cause una buena impresión y que no creas que soy demasiado atrevido. Envíame una foto; mantén mi amor por ti guardado en tu corazón, para que lo abras solamente cuando yo te lo pida”.
Bueno, Ralph volvió del Pacífico y pudo conocer a Gloria cara a cara. Un hermoso y saludable bebé, su preciosa hija. Y, sí, se enamoraron uno del otro.
Gloria es una mujer adulta ahora. Pero aún atesora la carta de amor que recibió de su papá, cuando tenía solo 3 meses. Es el regalo de amor de un padre, un legado duradero, palabras que todavía arden en su corazón.
Otro Padre, a quién nunca hemos visto, nos ama con un amor increíble. El profeta Isaías expresa esa seguridad cuando nos dice: “… Tu Señor eres nuestro Padre; ¡Tu nombre ha sido siempre Nuestro Redentor” Isaías 63:16.
Su Palabra es una carta de amor constante nos recuerda su cuidado. Nos revela el corazón de un Padre de Amor.
Así como Ralph anhelaba estar con su hija; el corazón de un Dios infinito desea estar con nosotros. Él extraña nuestro amor. Nunca estará feliz a menos que estemos con Él por la eternidad. Hay un lugar en su corazón solamente para nosotros. Diariamente nos recuerda su amor. Un día él confirmará ese cuidado infinito y maravilloso cuando con un abrazo tierno, sonría y diga “Es hora de ir a casa”
Del Libro: "Sobre terreno firme"
Autor Lic. Mark Finley