Puntualmente, se le achacaron los delitos de abandono de persona y privación ilegítima de la libertad en concurso ideal y en carácter de autora. La Jueza Griselda Strólogo homologó el procedimiento abreviado, y de esta manera, la condenó a la pena de 2 años de prisión de ejecución condicional (es decir que queda en libertad salvo que cometa otro delito) y la inhabilitación por el plazo de 3 años para ejercer la docencia.

Asimismo, le impusieron una serie de reglas de conducta también por tres años: fijar un domicilio y someterse al cuidado de la Agencia de Medidas no Privativas de la Libertad; abstenerse de usar estupefacientes o de abusar de bebidas alcohólicas; prohibición de portar armas de todo tipo; prohibición absoluta de acercamiento y/o cualquier tipo de contacto con las víctimas.

También la magistrada dispuso que la maestra deba someterse a un tratamiento para el consumo problemático de estupefacientes. Puntualmente, será internada en un centro de rehabilitación de la comunidad advestista en Puiggari, en la localidad de General San Martín, provincia de Entre Ríos. A su vez, se estableció que pagará una suma de dinero en concepto de “reparación” a las dos familias que iniciaron acciones legales en su contra.

El procedimiento abreviado fue acordado por la partes, es decir la Fiscalía representada por el Dr. Maximiliano Nicosia, los padres de las víctimas (al menos dos de los tres), la Defensa, representada por el Dr. Daniel Machado y también por la propia imputada, quien en este tipo de procedimientos, al aceptar haber cometido los hechos, obtiene una pena menos gravosa. 

Según la reconstrucción del Fiscal Maximiliano Nicosia, el día 31 de enero la mujer se retiró de su puesto de trabajo en la ludoteca, donde se encontraba al cuidado de tres menores: un niño de 3 años y otro de 8, ambos con autismo, y uno de 6 con síndrome de Down. 

Los menores habrían quedado solos y encerrados por al menos 45 minutos, hasta que el padre de uno de ellos decidió regresar ya que notó que la mujer estaba discutiendo con su pareja, lo que no lo dejó tranquilo. Al llegar junto a su pareja, observaron que no había nadie en el interior y, al mirar por la mirilla de la puerta, vieron a los niños solos.

Ante esta situación el hombre comenzó a barretear la puerta y al abrir observó que en un salón de 21 metros cuadrados se alojaban los niños. Su hijo estaba acostado sobre una manta en el suelo, y en el mismo lugar había un niño de 6 y otro de 8, sin aire acondicionado y sin ventilador. Finalmente, los menores fueron examinados por personal médico y, pese a encontrarse sofocados debido al intenso calor, su estado de salud era bueno.

Asimismo, el letrado resaltó que había elementos que generaban un entorno de peligrosidad para los menores que se encontraban sin supervisión de un adulto: “había turbos conectados (a la corriente), cuchillos y utensilios de cocina en una mesada y también un termo con agua caliente”, todo ello al alcance de los menores.

Para Nicosia, con esto hechos, Ansaldi puso en “situación de desamparo y abandonando a los niños siendo éstos incapaces de valerse, teniendo además el deber de cuidarlos”, como así también esto configura una “privación ilegítima de la libertad de los niños”, al dejar bloqueados los accesos y egresos al establecimiento.