De la investigación realizada por 11Noticias, que logró acceder a documentos de suma importancia sobre la legalidad de la administración de la Asociación Mutual del Personal de Industrias del Aceite Vegetal y Afines (AMPIAVA), se desprende un nuevo capítulo en el mal manejo de dicha organización que nació con dineros de los trabajadores de la región.

La Mutual nació el 15 de noviembre de 2012, bajo la matrícula Nº 1-799 en la provincia de Santa Fe, tiene una torre en calle Córdoba 1125 de la ciudad de Puerto Gral. San Martín inaugurada el 23 de octubre de 2015. En su exterior se aprecia una imponente estructura con marcada lujosidad, pero por dentro es un esqueleto vacío. Su web oficial ofrece Préstamos personales, Subsidios, Turismo, Salud, Educación, Desarrollo Social y muchos beneficios que los trabajadores aceiteros no pueden acceder porque en la realidad no existen.

AMPIAVA resguarda el dinero de la Asociación en plazos fijos. Se detalla que en el año 2019 el plazo fijo existente es de $77.500.000, una suma más que considerable, pero lo que llama la atención es que, en el año 2018, el mismo plazo fijo existente era de $27.492.000. No existe entidad bancaria que brinde tal beneficio a tasas de interés del %300.

En una asamblea virtual y fraudulenta se aprobó, sin cuestionamientos, Memorias y Balances para el periodo 2019, donde aparece el increíble aumento del plazo fijo en $50.000.800. Esta suma inexplicable en el patrimonial de la mutual, es motivo de investigación del INAES para evitar situaciones como malversación de fondos y lavado de dinero, que corresponde a los 4000 trabajadores aceiteros que mes a mes aportan al sindicato.

Un arquitecto, un jubilado y un delivery fueron nombrados socios activos para liberar 90 millones de la mutual AMPIAVA. Hay denuncias por estos socios inventados y truchos y se dictó la nulidad de la asamblea que aprobó Balances, la elección de nuevas autoridades y de forma fraudulenta se liberó una cuenta bancaria con 90 millones de pesos.



Un cascarón vacío

La prestaciones de la mutual aceitera es casi nula. Si se reconoce que la farmacia trabaja muy bien y es muy utilizada. Además, el edificio integra una prestación de la obra social que está contigua, perteneciente a la misma entidad gremial, y utiliza como "centro de rehabilitación" uno de los pisos de la torre.

Por otro lado la Asociación está habilitada para funcionar como prestamista para sus socios adherentes, pero este servicio está menoscabado y no se utiliza, de hecho se ofrece créditos personales mediante otra asociación (AGINCO). Tampoco brinda servicios de proveeduría, un servicio muy utilizado por los usuarios de mutuales, donde pueden comprar electrodomésticos y ofertas con beneficios exclusivos de la Mutual.

AMPIAVA ofrece sus hermosos salones de fiestas ubicados en las localidades de Puerto General San Martín, San Lorenzo y Timbúes. Una inversión millonaria que se realizó para el uso de los trabajadores aceiteros, pero que genera malestares y quejas en la comunidad societaria.

El gremio SOEA otorga un beneficio monetario a los afiliados que tengan eventos como cumpleaños de 15 y casamientos dentro de su grupo familiar. Este monto es el equivalente a 100 hs de la "Categoría D" del convenio aceitero y hoy ronda los $56.660.

El malestar de los usuarios de salones radica en que el gremio pide la firma de un "Poder" para solicitar al gremio dicho beneficio, utilizar y absorber dicho monto como pago en concepto de alquiler del salón y luego el trabajador debe hacerse cargo del costo del servicio de catering, que es exclusivo del gremio.



El Consejo Directivo, que tiene como jefe organizador al gremialista Pablo Reguera, secretario general del SOEA, no brinda explicaciones de las actividades de dicha entidad. De hecho realizaron una asamblea para aprobar los balances sin el quórum obligatorio y desoyendo las disposiciones del INAES que determinan que los integrantes de la comisión no pueden aprobar su propia gestión y transparencia de los fondos. La Mutual tiene solo 23 socios activos "con voz y voto", mientras que los casi 3000 restantes son socios adherentes. Solo unos pocos manejan los fondos aceiteros y los destinos de tan importante entidad económica y social.