Confirmada la salida de Timbuense de la Liga Regional Sanlorencina de Fútbol, los clubes pertenecientes al departamento Iriondo de la provincia de Santa Fe se sienten cada vez más alejados no solo físicamente del resto de las instituciones, sino también desde el punto de vista de la competitividad deportiva que requiere un torneo de fútbol mayor.

Es que los costos altísimos que afrontan en logística los clubes como Granaderos de Monje y Sebastián Gaboto Football Club ya comienzan a ser un impedimento para el crecimiento de las instituciones, según manifestaron dirigentes de ambos a 11Noticias.

“Una campaña de fútbol nos sale arriba de los cinco millones de pesos”, manifestó Juan Pablo Merani, secretario del club rojinegro, quienes quisieron seguir los pasos de Alba Argentina de Maciel y abandonar la Sanlorencina vía democrática, es decir, con la votación de las instituciones que la componen, pero siempre se han encontrado con la negativa pese a que los mismos delegados manifestaron comprender la situación que afronta el sabalero.

“Les expliqué y todos me dieron la razón, pero no entiendo por qué cuando votaron todos me terminaron votando en contra. Nos deja como rehenes de la Liga. Planteamos que se pongan en nuestro lugar y que tengan empatía. Cuando se fue Alba, solo votamos Timbuense y nosotros y se fueron igual. Timbuense también, solo presentó una nota de AFA”, señaló Merani.

De los 14 clubes que hoy componen el torneo de primera división de la Liga Sanlorencina, 11 pertenecen al departamento San Lorenzo, uno solo al departamento Rosario (Ibarlucea) mientras que los dos restantes son del departamento Iriondo.

Gaboto afronta distancias de hasta 62 kilómetros de distancia con Ibarlucea, hoy el club más al sur de la jurisdicción sanlorencina. Monje viaja un poco más, 66 kilómetros hasta el límite de la liga.

El movimiento del público, en ese sentido, representa una dificultad tanto para los clubes del norte que realizan este viaje en cada partido de visitante, como los clubes que deben llegarse a estas localidades.

“Hoy en día la Sanlorencina no tiene un equipo que te asegure 100 entradas. Hoy para nosotros es imposible competir en la Liga Sanlorencina. Tenemos que armar un producto competitivo porque si no a la tercera fecha no te va más gente a la cancha”, explica Fernando Jaime, presidente del club Granaderos.

La entrada para una jornada de la Liga Sanlorencina, según estimaciones de los clubes, rondará los $1000. Ese es el principal ingreso de las instituciones, sobre todo para afontar el costo de la jornada, hoy de alrededor de $100.000 por fecha.

“Nosotros tenemos que tener una afluencia de gente del público visitante, si tenemos clubes que vienen y no nos traen gente es muy difícil”, explicó Jaime. En este punto, ponen de manifiesto la ventaja que sería para estas instituciones enfrentar a los clubes de, por ejemplo, la Liga Totorense.

“Nosotros tenemos potencialidad de partidos en la zona como ser Club Maciel, Alba, Barrancas y Díaz, que sabemos que de base vienen 500 o 600 personas. Por cuatro partidos, vendiste 2000 entradas que son un millón de pesos y pagás un año de los viajes”, explicó el dirigente.

“En Totorense por supuesto vamos a gastar plata, pero vamos a gastar menos y nos permite recaudar mucho más dinero. Los viajes nos ahorrarían colectivo y nos permitiría recaudar mucho en cuanto a entradas. El club es una herramienta de contención social, es el club como lugar para tener a los chicos ocupados en algo”, agregó Meroni.

Para Sebastián Gaboto, la situación se vuelve “insostenible”, y ponen en duda la permanencia de los planteles de fútbol mayor y juveniles en la Sanlorencina. “Si el año que viene no está Gaboto ya no puedo competir más. No tengo partidos que me aseguren buena cantidad de gente de local. Quedaríamos aislados para todos”, señalaron desde Monje.

“La situación es triste, yo creo que a nadie le debe estar gustando este presente de la liga, es la situación más crítica de la liga en su historia. No hubo creo año con tan pocos equipos en la liga, es un momento triste”, agregó Jaime.

La salida de Timbuense puso nuevamente en primer plano la dificultad de los clubes del norte de una liga que supo llegar hasta la localidad de Gálvez en cuanto a su jurisdicción y que hoy encuentra serias dificultades para mantener a sus instituciones dentro de una órbita que sea deportiva e institucionalmente sustentable.