Anatomía de una Caída será una de las ocho películas que competirán en los premios Oscar del próximo domingo 10 de marzo, y está actualmente en la cartelera de gran parte de los cines rosarinos.

La historia se centra en el juicio a Sandra Voyter (Sandra Huller), una escritora que recientemente se mudó a un chalet en medio de los alpes franceses junto a su pareja, Samuel Maleski (Samuel Theis) y su hijo ciego Daniel (MIlo Machado - Graner).

Tras una escena en donde se ve lo tensa que resulta la relación, con un sampleado de la canción PIMP de 50 Cent que quedará resonando en el oído del público hasta el final de la película, Samuel aparece muerto en principio por un accidente tras caer de la planta alta de su casa. Sandra es la única testigo del hecho, y pese a que asegura haber estado durmiendo al momento del hecho, es juzgada por la muerte de su pareja.

A partir de allí se compromete al espectador a sacar sus propias conclusiones de los hechos, en una trama típicamente policial en donde a partir de algunos indicios podemos ir imaginando las escenas posteriores. Y es allí desde donde Justine Triet, guionista junto a Arthur Harari y directora de la película, comenzará a mostrar todo lo que no conocemos de una relación cuyo asentamiento en Francia complicó el vínculo de la pareja.



Allí se empiezan a desempolvar conflictos vinculados al micromachismo, y cómo el hombre comienza a volcar sus frustraciones en su pareja. Todo esto contado a medida que la mujer es juzgada por un fiscal incisivo (Antoine Reinartz) que buscará justificar su acusación en base a la normalización de que una relación entre dos personas funciona independiente de lo que podemos conocer (para ampliar sobre este tema, recomiendo la miniserie El Cuerpo en Llamas con Úrsula Corbero, disponible en Netflix).

Resalto dos puntos importantes en la película: Cómo la directora lleva adelante la tensión escena tras escena, la que a su vez no se pierde a través de la retórica excesiva en la que deriva un juicio, y el papel de Snoop, el perro del hijo de la pareja, cuya actuación es un gran metrónomo del ánimo de los personajes.



Quizás la extensión de la película podría ser menor (poco más de 130 minutos) pero el producto final es sumamente recomendable, al tratarse de un policial que está tratado con una sensibilidad impecable.