Una vecina de Capitán Bermúdez decidió hacer pública una denuncia por un hecho de discriminación sufrido por su hija que tiene autismo cuando ingresó a un comercio de la ciudad junto a su acompañante terapeutica. “Mi hija fue segregada”, sostuvo en un texto enviado a la redacción de 11Noticias. Este medio, a su vez, dialogó con una psicopedagoga que brindó su mirada al respecto y explicó cómo se podrían evitar este tipo de situaciones.

“Hace unos pocos días atrás, mi hija, que transita la vida con capacidades diferentes, ingresó en un local, en el cual la encargada, rápidamente la segregó, la discriminó. El rol de la encargada del negocio fue mirarla con desprecio, diciendo que iba a llamar a alguien para retirarla del lugar”, comenzó su escrito.

“Mi hija, menor de edad, ingresó curiosa al local, por lo que allí estaba expuesto a la venta, porque es su forma de conocer el mundo. Es importante aclarar que mi hija estaba profesionalmente acompañada. La encargada antes mencionada, se mostró de entrada resistente y enojada con la situación, y no la quería más adentro del local”, continuó.

“Una segunda persona la retaba a mi hija y entre las dos le limitaban los espacios de circulación, postulando hechos que de ninguna manera mi hija estaba llevando adelante”, añadió al tiempo que sostuvo que “estas personas actuaron con cierto nivel de violencia, su proceder fue repudiable”.

“Fueron momentos en los que no se respetaron los derechos de los y las más vulnerables, la vieron diferente y la querían fuera del negocio. Estos actos no se deben repetir. Ninguna hija, ningún hijo debe pasar por una instancia tan desagradable como vivió mi hija”. sentenció.

¿Cómo evitar este tipo de situaciones?

Este medio consultó a la psicopedagoga Camila Di Paolo, quien sostuvo que lo más importante que se debe tener en cuenta cuando una persona que no acostumbra a tratar con personas con autismo u otro tipo de capacidad diferente debe hacerlo es “no prejuzgar” y “dar enunciados claros”.

“En primer lugar, no se debe prejuzgar porque muchas veces lo que pasa es que se prejuzga, entonces se discrimina antes de poder hablarle directamente a la persona”. También sostuvo que “cada persona con autismo es diferente, no es que hay un reglamento de cómo trabajar”.

En ese sentido, brindó algunas consideraciones a tener en cuenta para, de alguna manera, evitar situaciones similares a la relatada por la denunciante: “algo importante es dar enunciados claros y gesticular. Por ejemplo, si vos le querés decir no toques, no hay que gritarle, sino decir que ‘no se puede tocar esto’ y darle una explicación, ser concretos”.

“Otro consejo que se puede dar, sobre todo para locales comerciales, es la utilización de pictogramas que tiene que ver con la explicación de cosas a través de dibujos figurativos, mediante los cuales las personas con autismo van a comprenderme mejor”, añadió.

“Probablemente al delimitar el espacio se ponga más nerviosa a la persona con autismo. Hay otras formas como esto de ser claros desde un principio, de la utilización de pictogramas que van a hacer que la persona comprenda mejor por donde puede circular y por donde no, más que estarle atrás encima gritándole o retándola”, concluyó Di Paolo.

Es dable mencionar que semanas atrás, “Servian, el Circo” realizó en Rosario una “función distendida” que fue la primera que se realiza en el país y está destinada a personas con Trastornos Generales del Desarrollo (TGD), Trastornos del Espectro Autista (TEA) y otras condiciones neurodivergentes, algo que había sido propuesto por el senador provincial Armando Traferri en un proyecto presentado en 2022.