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viernes, 20 septiembre 2013 | San Lorenzo

Caso Perassi: Crónica de 730 días de impunidad

Se cumplieron dos años de la desaparición de Paula Perassi, la mujer sanlorencina vista por última vez el 18 de septiembre del año 2011. Muchas preguntas y pocas respuestas.
Caso Perassi: Crónica de 730 días de impunidad No se encontraron resultados.Por Nicolás Buscemi

Paula Marcela Perassi, de 34 años, madre de un niño de 2 y otro de 6 años (en ese entonces), salió de su casa aproximadamente a las 21:30hs del 18 de septiembre del año 2011 con la excusa de ir a buscar la tarea para uno de sus hijos. Fue la última vez que se la vio con vida. Al otro día, su marido radicó la denuncia por solicitud de paradero, ya que la mujer nunca regresó, y a partir de ahí se inició una investigación que al día de hoy no cumplió su objetivo: la aparición de Paula.

Se pudo comprobar fehacientemente que 45 minutos antes de retirarse de su hogar la mujer recibió una llamada telefónica proveniente de un locutorio de la ciudad de San Lorenzo. La justicia pidió las filmaciones del comercio, pero, como ocurre muchas veces, llegó tarde. El sistema de vigilancia de este locutorio borraba las filmaciones transcurrido los siete días, la solicitud de las filmaciones se hizo diez después de que se realizó la misma. Fue una prueba fundamental que se perdió y no se podrá recuperar, al igual que los mensajes que recibió desde el celular de Paula su padre, Alberto, que, extrañamente, nunca se determinó desde donde fueron enviados.

Una serie de entrecruzamientos de llamadas, conversaciones en redes sociales y testimonios arrojaron nuevos datos. Paula se encontraba embarazada de seis semanas al momento de su desaparición, un hecho desconocido para la familia. El día anterior a su desaparición se iba a realizar un aborto, según se desprendió de las conversaciones que mantuvo vía Facebook con un amigo de la localidad bonaerense de General Rodríguez, José Luis Frigemoni.

El hijo que estaba esperando Paula no sería de su marido, sino de su amante, Gabriel Strumia, algo que tampoco se pudo determinar a ciencia exacta. Este empresario de Puerto General San Martín primero negó un vínculo amoroso con la desaparecida, pero luego terminó reconociéndolo ante el juez. También lo admitió la propia mujer en una de sus tantas conversaciones en las redes sociales con Frigemoni, cuya casa fue allanada y luego fue citado a declarar.

Una serie de rastrillajes y un testimonio confirmaron la presencia de la sanlorencina el mismo día de su desaparición alrededor de las 18:30hs en un bar (Viejo Bar) de la localidad de Timbúes. La mujer, según relató un joven que trabajaba en el lugar, estuvo acompañada por dos hombres. Uno de características similares a Strumia, y el otro habría sido su empleado Antonio Díaz, hoy los dos son los únicos procesados.

Más tarde el hijo de Strumia, de 15 años, aseguró haberla visto en una parada de colectivo de Puerto General San Martín. El menor la conocía a Paula por la relación de amistad que había entre ambas familias y la presencia de la desaparecida, tanto en el bar de Timbúes como en esa parada de ómnibus, fue comprobada luego por la división de Canes de rastrillaje.

También hubo allanamientos en el taller mecánico de Strumia, pero las declaraciones del oriundo de General Rodríguez, la decisión del juez de poner a las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) a cargo de la investigación y que el Colegio de Abogados de Rosario asumiera la defensa fueron elementos fundamentales para dar un giro de 360 grados en la causa.

Frigemoni fue una de las últimas personas en charlar, vía Facebook, con Paula. Tras sus declaraciones ante el juez de la causa, Eduardo Filocco, la carátula de la causa dejó de ser “solicitud de paradero” para transformarse en “homicidio”, quedando como único imputado y detenido Gabriel Strumia, el amante. Días más tarde, y a más de un año de la desaparición de Paula, se detuvo tras un allanamiento en una vivienda de calle Sargento Cabral al 500 de Timbúes a Antonio Díaz, el empleado de Strumia, quien había sido reconocido frente al juez mediante una fotografía por el empleado del Viejo Bar, como supuesto cómplice. Esta rueda de reconocimiento luego sería muy criticada por la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Penal de Rosario.

La hipótesis que manejaba la defensa era que a Paula la habían matado “para ocultar el embarazo y preservar a la familia del principal acusado”, que era Strumia.

Los únicos dos procesados estuvieron detenidos menos de tres meses, el amante de Perassi en la cárcel de Piñero y Antonio Díaz en Coronda. Fueron liberados días antes de la navidad del 2012, ya que no se consideraban necesario que continuaran en prisión con las pruebas que existían. Esta decisión fue repudiada fuertemente por la familia y la defensa de Perassi.

En abril de este año, la causa tuvo un nuevo retroceso. La Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario revocó el procesamiento de los únicos dos imputados hasta el momento.

Los jueces Carina Luratti, Alfredo Ivaldi Artacho y Ernesto Pangia tomaron la decisión porque no consideraron que existieran pruebas suficientes para ir a un juicio. En el fallo indican que “los elementos con que se cuenta en este expediente, como dijéramos, de más de 2000 fojas, no permiten de ningún modo arribar, aplicando las reglas de la sana crítica, a un juicio de probabilidad de autoría y participación necesaria de los imputados en el homicidio de Paula Perassi. No existen pruebas desde donde poder cimentarse la conclusión de probabilidad de que Díaz y Strumia hubieran desarrollado los hechos que en formal indagatoria se les imputara”.

Además, critican el fallo del juez Filloco asegurando que parte de una convicción “pero no motivada en pruebas, sino una convicción cargada de subjetivismo, resultando llamativo leer tales conclusiones en una resolución judicial”

Pero las críticas de los jueces son mucho más duras con el fiscal Román Moscetta, en el mismo sentido que se han pronunciado en reiteradas ocasiones los abogados de la familia Perassi o el mismo Alberto, padre de Paula. “…el Ministerio Fiscal ha estado ausente, en la forma más absoluta. En más de 2000 fojas, muy de vez en cuando aparece una notificación, o un tibio pedido. Jamás se desarrolló desde esa Parte una propuesta o se solicitaron medidas en función de una línea de investigación, y menos aún en función de una teoría del caso de parte del Actor Penal público”, señalan.

Ante este fallo, la defensa de la familia Perassi, presentó a través del fiscal Guillermo Camporini un recurso de inconstitucionalidad para que la Corte Suprema revise la resolución. Fue esta presentación la que llevó al juez Filocco a rechazar el sobreseimiento de los dos imputados y evitar que la causa se cierre.

Pero si hay un responsable de que al día de hoy continúe la investigación ese es Alberto Perassi, el papá Paula. Fue él quien se movió desde un primer momento. Llegó a encadenarse dos veces en tribunales, recorrió la ciudad con un altoparlante, colocó carteles gigantes en actos patrios y hasta le envió una carta a la presidenta de la Nación.

Esa misiva que le mandó a la máxima mandataria hizo que Alberto sea recibido por una secretaria de la entonces ministra de Seguridad Nilda Garré y meses más tarde por la propia jefa de la cartera, colocando a la causa en protocolo de búsqueda a nivel nacional.

“Todo el mundo apuesta al silencio y a que yo deje la lucha, pero yo voy a seguir adelante porque me falta una hija y un pedacito más porque me falta mi nieto”, expresó Perassi, quien encabezó varias marchas como la del pasado miércoles.

Alberto nunca titubeó para mencionar la palabra “corrupción” o en afirmar que detrás de todo esto había algún amigo del poder, que con sus contactos impedía que avanzara la causa. La valentía de este hombre mantiene en pie la lucha. Tampoco dudó en asegurar, en una de sus tantas declaraciones en los medios de comunicación, que dentro “de la policía y de la Municipalidad” saben que pasó con Paula.

Hoy, a dos años de la desaparición de Paula, nada se sabe de su paradero, ni tampoco del bebé que estaba esperando. ¿Dónde está? ¿Qué le pasó? ¿Quiénes son los responsables? Preguntas que la justicia debería haber respondido. Una persona desaparecida, una familia destruida, una justicia que no cumple su deber y una ciudad que respira impunidad.

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