No se encontraron resultados.Rosario es una ciudad altamente cautiva en cuanto a las diversiones del infantojuvenil sumergidas en riesgos de toda clase. Sabemos que se venden sustancias y alcohol a los menores, que son fáciles de conseguir.

Los chicos van a los bailecitos desde los 12 años, los padres deben ir a buscarlos a altas horas de la madrugada con mucho sacrificio. No les queda otra porque sino que dirán si a tal o cual chico no lo dejaran ir. El qué dirán es el peor enemigo de los adolescentes, sos un tonto/a si no vas, todos lo hacen ¡¿Por qué vos no!?

Si bien los chicos necesitan de sus grupos pueden hacerlo en lugares y en horarios oportunos. Si le planteamos a los chicos reunirse en la casa de un amigo/a o en un salón familiar no aceptan esa postura. ¿Sabes por qué? Porque el adolescente tiene espíritu aventurero y cree ser astuto recorriendo la noche. Tienen un ego muy grande, les interesa relativamente si sus padres pueden o no seguirles el ritmo, o si tienen posturas más conservadoras porque así fue su crianza.

Todo lo que aleja a los chicos de las costumbres familiares es una afrenta para la subsistencia de la familia como célula básica de la sociedad. Es difícil criar adolescentes dado lo vulnerables que son a las tentaciones de la noche: un adolescente no tiene que salir de noche por lo siguiente; con la claridad del día el cerebro produce melatonina, importante inductor natural del sueño en la noche, entonces si pierde ese ritmo tendrá trastornos del sueño y su actividad diurna estará francamente disminuida. Tampoco debe beber alcohol dado que altera el metabolismo de las grasas fundamentalmente la funcionalidad del hígado, tienen que entenderlo, no es necesario y no existe ningún mandato social que afirme que lo haga.

Deben aprender que para vivir en paz en la vida no necesitan alterar sus ritmos circadianos naturales cual son levantarse temprano, desayunar, concurrir a clase o estudiar y si es feriado o fin de semana divertirse en horarios diurnos o a lo sumo no superar altas horas de la noche excepto en circunstancias especiales es decir en reuniones sociales puntuales.

Los días festivos también deben ser de creatividad y/ o recreactividad si es posible en el seno de la naturaleza, alejándose totalmente de ingestas de sustancias no sanas, ni fumar marihuana y /o someterse a “destrezas riesgosas” tales como ir a nadar al río en lugares desaconsejables, tampoco hacer picadas con vehículos, nada que los quiera hacerse ver más “hombrecitos” o impresionables.

Muchas veces se forman grupos de chicos muy arriesgados jugando quien ingiere más alcohol o quien se emborracha más profundamente etc. Los chicos más recatados son rechazados y/o desplazados. Por ejemplo el día de la chupina lo comenzaron los más osados hasta que lo “institucionalizaron” con el festejo de cierto periodismo condescendiente.
Estas conductas son degradantes, los padres lo toman como un hecho seminatural porque en el fondo de su ser sufren y no “pueden” hacer nada para que su hijo no sea despreciado.

En el mejor de los casos es entre los 10 y 12 años cuando hay que prevenirlos con charlas incluso con uno o dos amigos. Decirles por ejemplo, miren chicos mejor pasen por tontos y no hagan lo que otros dicen aunque los desprecien. Enseñarles que cuando hay un problema en sus vidas los únicos que se lo resolverán son sus familiares mas puntualmente sus padres. Darles ejemplos puntuales de lo que le pasa a otros chicos y como incide negativamente en la familia. Que cuando salen tengan los celulares abiertos y que comprendan que papá y mamá quieren saber cómo están.

No los censuren, no los rebajen, menos delante de otras personas, no hablen a los gritos, acostumbren a charlar con calma para que no huyan de una conversación y por sobre todas las cosas los padres no se contradigan.

También es interesante hacerse compinche y no “amigos” de los hijos. Es bueno que practiquen deportes, aprendan a tocar un instrumento, lean libros. Cuando hay fracturas familiares, separación violenta de los padres, hacerles ver que siguen teniendo una buena relación y no se odian.

Enseñarles que papá y mamá trabajan para que ellos tengan sus necesidades básicas como alimentarse, educarse, divertirse, salir de vacaciones y tener el confort necesario, quizás un buen auto “ no el mejor del barrio” y que todo ello es sacrificio”.

Hay mucho para debatir y hacer, no nos quedemos porque sino a corto plazo lo sentiremos mucho.

Gracias. Dr. Lalo A. Lelli