Ángel Di María expresó públicamente en varias ocasiones su deseo de regresar a Rosario Central para vestir la camiseta del club de sus amores en el tramo final de su carrera. Mientras se prepara para cerrar su etapa con la selección argentina en la Copa América que comienza dentro de un mes, el Fideo ya dio pistas de que no continuará en Benfica de Portugal, aunque todavía duda en vestirse de canalla debido a una serie de amenazas realizadas en su contra a fines de marzo.
El tema volvió a escalar en las últimas horas. “¿Todavía vas a volver?”, fue la pintada que apareció vandalizando un mural con su imagen en el predio de El Torito, el club de Rosario donde Di María comenzó a jugar en su infancia antes de unirse a las inferiores de Central. El hecho ocurrió poco después de la eliminación de Rosario Central de la Copa Libertadores tras perder 2-1 contra Peñarol.
Esta nueva advertencia se suma a lo sucedido semanas atrás cuando, desde un Renault Megane gris en movimiento, arrojaron un cartel frente al country Funes Hills Miraflores en Funes, cercano a Rosario, que decía: “Decile a tu hijo Ángel que a Rosario no vuelva más porque sino le cagamos matando un familiar. Ni Pullaro te va a salvar. Nosotros no tiramos papelitos. Plomo y muertos tiramos”.
Además, el jefe de seguridad del lugar afirmó que se escucharon “cuatro detonaciones”. Posteriormente, se informó que dos presuntos integrantes de una banda narco que opera en la periferia de Rosario fueron detenidos por estar sospechados de haber participado en la intimidación a la familia Di María.
Estos hechos pusieron en duda lo que parecía un retorno seguro a Central. Durante esos días, desde Portugal afirmaron que Di María tenía la intención de retornar a Rosario Central por un semestre y luego emigrar al Inter Miami de la MLS para compartir equipo con su amigo Lionel Messi. Según el periódico portugués A Bola, Di María viviría solo en Buenos Aires durante la segunda mitad del año, viajando los 300 kilómetros que lo separan de Rosario para cumplir con sus obligaciones, mientras su familia se instalaría en Miami por razones de seguridad.
Rodrigo De Paul, compañero de Di María en la selección argentina, reconoció que las amenazas fueron un shock: “Yo justo estaba con él a la mañana porque nos levantamos temprano. Obviamente no voy a contar cosas que son muy internas, pero sí verlo conmovido, con lágrimas, creo que si hay alguien que no merece que no tenga la posibilidad cuando él desea de volver a nuestro país es él. Me da mucha lástima que pasen esas cosas en nuestro país. Sé bien todo lo que pasó ahí y me parece muy grave. Creo que el amor que tiene él por su país, por su ciudad, su club, no cambia. Él después tendrá que determinar qué decisión toma porque no es fácil. Fueron cosas muy fuertes. Sabe que estamos con él a morir”.