El rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, estableció la desobligación de la jornada a partir de las 15 horas en el próximo miércoles 4 de octubre para que los alumnos y las alumnas puedan participar del festival y marcha “Ni vouchers ni arancel: educación pública, gratuita y transformadora”.

Esta iniciativa, organizada por la Federación Universitaria de Rosario y la Asociación Gremial de Docentes e Investigadores de la UNR, entidades que agrupan a estudiantes y maestros respectivamente, surge en respuesta a los dichos del candidato a presidente y hombre más votado en las PASO, Javier Milei, de financiar la educación pública a través de vouchers para que los y las estudiantes elijan qué institución educativa desean para cursar sus estudios.

Ante esta iniciativa, que a nivel mundial tiene una sola muestra empírica con una experiencia probada en Chile cuyos resultados no fueron los deseados, el rector de la universidad de la región fue el primero en marcar las diferencias en contra de este proyecto del hoy candidato presidencial.

Uno de sus últimos tuits fue sumamente contundente en ese aspecto: “Una presidencia de Javier Milei será una catástrofe para la Universidad Pública argentina y la ciencia de la Nación. Hay que advertirlo ahora con la contundencia que el peligro impone porque después será muy tarde”, señaló Bartolacci.

La iniciativa de los vouchers propuesta por Milei se fundamenta en la idea de financiar “la demanda” y no la oferta, lo que haría a las instituciones educativas competir libremente por tener más alumnos y así que prevalezcan las más requeridas, y no gastar “innecesariamente” dinero en escuelas “donde no va nadie”.

Pocos países han utilizado ese sistema a nivel mundial, Chile ha sido el ejemplo a nivel regional, con resultados poco exitosos, en tanto que Suecia y Holanda lo implementaron en distintas localidades sin pruebas contundentes de que haya, de algún modo, mejorado el sistema educativo.

Es difícil evaluar con parámetros mercantilistas uno de los espacios que equipara realidades en esta Argentina de múltiples realidades. El país ya vivió experiencias de diferente acceso al derecho de la educación, como por ejemplo en la pandemia, y sus consecuencias aún se lamentan tanto entre padres y madres, alumnos y alumnas, como docentes y escuelas. Lejos parece estar poner este derecho universal al libre albedrío del “mercado” y la libre competencia de un bien cuya monetización es mucho más abstracta de lo que algunos intentan hacer creer.