Agentes de la Secretaría de Control municipal intervinieron durante la madrugada del miércoles 23 de abril en dos casos de personas que estaban alcoholizadas al volante. En uno de los hechos un taxista se negó a hacerse el control de alcoholemia y su vehículo fue enviado al corralón. Posteriormente, al conductor de un vehículo particular se le detectó 1,78 g/l y el automóvil también fue remitido.
En el caso del taxi, el operativo se activó cerca de las 2 de la mañana en la zona de San Luis y Dorrego, luego de haber sido convocados por la Policía. Los efectivos previamente habían constatado que el coche bloqueaba el tránsito e intentaron liberar la circulación, sin obtener respuesta de parte del conductor.
Siguiendo los protocolos y procesos habituales ante estas situaciones, el personal de la Brigada Motorizada acudió a los agentes de la Secretaría de Control para que efectuaran las verificaciones correspondientes. Ante la negativa del chofer a realizar el test de alcoholemia y de acuerdo a la normativa vigente, se le secuestró el taxi y se lo remitió al corralón municipal.
A su vez, las intervenciones fueron notificadas al Tribunal de Faltas y a la Secretaría de Movilidad, quienes deberán decidir cuál es la sanción que recaerá sobre el conductor del taxi.
Luego de este hecho, un vehículo particular también fue remitido al corralón a raíz de un procedimiento que inició la Brigada Motorizada en la zona de Oroño y Pellegrini. Los agentes municipales se hicieron presentes en el lugar y realizaron el test de rutina al conductor de 60 años, quien tenía 1,78 gramos de alcohol por litro en sangre, lo que motivó el envío de la unidad al espacio municipal.