No se encontraron resultados.El sanlorencino Ezequiel Risi tiene 23 años y vivía en el octavo piso de una de las tres torres del edificio ubicado en calle Salta 2141, en la ciudad de Rosario. El día de la explosión estaba en su departamento, en el que también se encontraban su hermana y su novia.

"Es muy fuerte y creo que después de un año no puedo caer de lo que pasó. Tengo muchas sensaciones, ganas de llorar", expresó el joven en diálogo con La Radio 93.5, minutos después de participar del acto que se realizó en la esquina de la tragedia en la mañana de este miércoles.

"De un segundo a otro cambió todo; estar haciendo cosas y de repente aparecer tirado en el suelo, rodeado de fuego. Sinceramente pensaba en morirme, pero sabía que tenía que salir si o si de esa. Salí corriendo a la pieza, donde estaba mi novia con mi hermana, para tratar de ver como estaba y que había pasado", recuerda emocionado Ezequiel.

Los tres sufrieron distintas heridas de consideración, pero lograron salir del edificio gracias a la ayuda de algunos vecinos que se jugaron y dieron una mano en un momento de extrema confusión. "Me quemé todo el cuerpo y tuvo cortes por todo el cuerpo. Hoy estoy bastante bien, quedan pocas cicatrices, pero eso es lo de menos", señaló el muchacho que permaneció varias semanas internado luego de la explosión y, literalmente como lo cuenta, "tenía palos clavados en el cuerpo".

"Interiormente sirve para aprender todos los días y seguir creciendo", aseguró Ezequiel, y reflexionó: "Algo que pensé y lo siente hasta el día de hoy es que no hay que perder un segundo de la vida, hay que disfrutar al máximo y dejar de perder el tiempo en hacernos problemas por todo".

Una de las cosas que destaca de aquellos trágicos días fue "la unión que hubo" entre los rosarinos y los habitantes de la región para colaborar y brindar una mano. "Cuando más estás en el piso es cuando más fuerte tenés que estar para salir adelante", concluye.