En las afueras de Pavón Arriba, escondida entre la vegetación, se encuentra la “Estancia Monti”, una imponente estructura del siglo XIX que perteneció a Gabino Álvarez. La estancia contaba con abastecimiento de alimentos propio, se dedican al criadero de ganado y también al cultivo.

Con el paso del tiempo la estancia cambió de dueños y pasó a ser propiedad de los Monti, una familia de la zona de gran poder adquisitivo.

La imponente casona hoy se encuentra en total abandono, y es un sitio al que los curiosos se acercan a visitar, sin saber que lo bello de la construcción se ve opacado a veces por la “mala vibra” del propio lugar.

La gran mansión de dos plantas cuenta con muchas habitaciones, sala de estar, una habitación con vitro que lleva al jardín de la vivienda. Una cocina en donde aún se conservan algunos elementos que se utilizaban cuando la estancia estaba en su época de esplendor.

Las construcciones aledañas, destinadas al personal doméstico también son parte del lugar, recordando que en aquella época, la servidumbre vivía en condiciones deplorables y sin ningún tipo de derecho.



El sótano no podía faltar, aquel lugar frío y oscuro, ubicado en la parte exterior de la vivienda.

Aún en su estado de abandono y decadencia, el lugar conserva su elegancia, la misma que se pierde a partir de historias que han vivido aquellos que visitan el lugar. Un lugar esplendoroso, pero sombrío. La energía negativa recorre todos sus rincones. Testimonios de personas que lo han visitado coinciden en haber visto siluetas, ruidos extraños y hasta pudieron divisar presencias extrañas en algunas fotografías.

La Estancia Monti es un tesoro escondido que guarda en su historia grandes secretos, un pasado oscuro que no quiere ser olvidado y de alguna manera se manifiesta.

Julieta Luz Carnevale - Guido Diaz Quilici
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