Hilarión Del OlmoCEO de Explora, una empresa dedicada al biodiésel. Pero su nombre se encuentra rodeado de controversias que van más allá de la reciente
desvinculación verbal y arbitraria de cuatro trabajadores aceiteros de la planta de la mencionada firma. Este episodio no es un caso aislado, sino parte de un patrón que combina estrategias empresariales agresivas, prácticas cuestionables y una red de conexiones en las altas esferas del poder económico y político.
El rol de Hilarión Del Olmo en el sector energético no puede entenderse sin mencionar su
estrecha relación con las figuras clave del negocio de los biocombustibles. Según trascendidos, su vínculo con
Eduardo Eurnekián, empresario con intereses en Unitec Bio, y
Luis de Ridder, exgerente de Tecpetrol, lo posiciona como un engranaje en la maquinaria del lobby energético. De Ridder, hombre de confianza del secretario de Energía
Eduardo Rodríguez Chirillo, es señalado como uno de los arquitectos de un decreto de necesidad y urgencia (DNU) que podría redefinir las reglas del sector.
Rodríguez Chirillo, a puertas cerradas, inició negociaciones secretas con empresarios del biodiésel, incluidos Del Olmo, Eurnekián y otros actores de peso, con el fin de establecer un marco regulatorio que, según fuentes, parece diseñado a medida para beneficiar sus propias actividades.
Este tipo de influencias empresariales sobre las decisiones del gobierno arroja dudas sobre la transparencia y la imparcialidad de las políticas públicas.
Hilarión Del Olmo no solo es señalado por su
postura antisindical, sino también por presuntas irregularidades en sus actividades comerciales. En el mundo de los negocios se lo menciona como un profesional en la disuación fiscal, apuntado por operaciones que incluirían la compra de aceites y cebo de procedencia dudosa y la venta de biodiésel fuera de los cupos establecidos por el gobierno, presuntamente en el mercado negro. Estas prácticas, de comprobarse, podrían implicar graves consecuencias económicas y legales, además de dejar en evidencia el nivel de descontrol en el sector.
La postura antiobrera de Hilarión Del Olmo no es nueva.
Su estilo gerencial recuerda las prácticas neoliberales de los años 90, una década que fue catastrófica para los trabajadores argentinos, pero curiosamente, una época dorada para él. Mientras los sindicatos luchaban por sobrevivir a las reformas estructurales que desmantelaban derechos laborales, Del Olmo forjaba su carrera empresarial bajo un modelo de ajuste y precarización.
La paradoja es que durante esos años, antes de sucumbir al “sistema”,
Hilarión era el baterista de Giradioses, una banda de rock ambiental que buscaba cuestionar, desde la música, las estructuras del poder. El joven que golpeaba los parches al ritmo de la rebeldía terminó convirtiéndose en un engranaje más del sistema que antes criticaba, ahora con los trabajadores como su blanco.
Tiene 56 años, es ingeniero en petróleo, con una maestría en Economía del Petróleo y Gas Natural. Inició su carrera en 1994 en YPF S.A., donde ocupó diversos cargos, incluyendo la gestión del desarrollo de negocios en Brasil y la remodelación de la refinería Manguinhos. Luego, lideró las operaciones de Submarino en Argentina, empresa pionera en e-commerce. Más tarde, fue CEO de Puma Oil Brasil, donde desarrolló desde cero una compañía de distribución de combustibles y construyó una terminal de almacenamiento en el puerto de Suape. En 2005, cofundó Explora S.A., dedicada a la producción de biodiésel.