La vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, lo dejó bien en claro: el aumento en las dietas de los senadores, que se aprobó ayer a mano alzada sobre el final de una sesión, contó con el acompañamiento de todos los bloques que conforman la cámara alta nacional.

Es que si bien no todos los senadores levantaron la mano al momento en que se puso a consideración el proyecto que lleva el salario de los legisladores a unos 4 millones de pesos mensuales, ninguno asentó de manera explícita su rechazo, tal como se establece para el caso de las votaciones que se realizan “por signos”, que consiste en ponerse de pie o en levantar la mano.

Tampoco ninguno de los senadores solicitó que se hiciera una votación nominal, para que quedara claro quién aprobó y quién rechazó la iniciativa de aumentar sus propios sueldos en medio de una crisis económica y social dramática.

Entre aquellos legisladores que no levantaron la mano, se encuentra el sanlorencino Eduardo Galaretto, quien una vez más, fiel a su estilo, intenta pasar desapercibido y hacer gala de su habitual silencio. A pesar de eso y del esfuerzo de algunos medios amigos por plantear que el doctor rechazó la suba de las dietas, lo cierto es que con su inacción avaló el aumento.

Galaretto llegó al Senado de la Nación en diciembre pasado, en reemplazo de Dionisio Scarpin, quien abandonó su banca para asumir el cargo de diputado provincial para el que fue electo en los comicios del año pasado. En estos 5 meses ocupando su banca, el sanlorencino se mostró poco proactivo y con escasas intervenciones en el recinto.

Más allá de eso y su poca productividad, Galaretto será uno de los 72 argentinos que por su propia decisión se duplicó el sueldo y cobrará más de 4 millones de pesos mensuales.