
No es noticia que tras los resultados electorales del año pasado, en los que el candidato Juntos por el Cambio Emanuel Lastra se posicionó segundo con una muy buena performance y el oficialismo local perdió un importante caudal electoral, la oposición, más precisamente el radicalismo, se ilusiona con retornar al poder. Y fue el propio concejal recientemente asumido el que no dejó dudas del deseo y, sobre todo, de la confianza que hay en el espacio electoral sobre esa posibilidad.
“Tenemos armado un gabinete paralelo porque sabemos que en 2023 vamos a ser gobierno”, dijo en diálogo con
11Noticias Lastra el pasado jueves, luego del discurso del intendente Daniel Cinalli en la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Municipal. Después, se despachó con una innumerable cantidad de críticas a la gestión del justicialista.
¿Estará el propio Lastra ilusionado con ser candidato a intendente luego de su buen debut electoral? Todavía falta mucho para definir nombres, pero lo cierto es que el objetivo está claro y marcará seguramente el ritmo del trabajo legislativo que el joven desplegará desde su banca junto a su compañera de bloque, la experimentada Vilma Paulini.
Por el lado del oficialismo, el jefe municipal se centró fundamentalmente en hacer un repaso de las obras y gestiones realizadas durante el año pasado y brindó un detalle pormenorizado de los números del Ejecutivo local.
El repaso minucioso de Cinalli de los números de cada dependencia del Ejecutivo, en lo que parecía más un informe contable que un discurso político, hizo difícil seguir el hilo de la alocución. Incluso el propio Cinalli en algunas ocasiones tuvo dificultades para expresar y traducir los números impresos en ese manojo de hojas A4 que intentó seguir al pie de la letra (o de los números).
Lo más jugoso del discurso del mandatario llegó sobre el final, cuando decidió despegar los ojos por unos minutos del informe. Allí tocó, aunque muy brevemente, una de las problemáticas más acuciantes de la ciudad: la inseguridad. Cinalli recordó los crímenes que enlutaron a la ciudad a fines del año pasado y disparó hacia arriba: “De los proyectos presentados en el Ministerio de Seguridad de la provincia hasta ahora los recursos no han llegado”, dijo.
Otro de los temas fundamentales que abordó en esos minutos finales fue la educación. El intendente recordó que hace 30 años no se inauguran nuevos establecimientos educativos en su ciudad, justo desde su primera gestión al frente del municipio en la década de los 90. En ese sentido, y en un nuevo reclamo al gobierno de Omar Perotti, señaló que tampoco se licitaron obras de colegios que pidió a la Provincia. Recordó también que se está proyectando la construcción de una nueva escuela en la zona Oeste, cuya concreción, según reconoció el propio mandatario, viene con demoras por problemas administrativos del propio municipio para ceder los terrenos. Y en los párrafos dedicados al área educativa lanzó el título más resonante, que abrió la puertas a nuevas especulaciones. “Quiero ser el intendente que lo recuerden en la historia de la ciudad por haber hecho colegios”, tiró.
Por estas horas, nadie sabe a ciencia cierta qué hará el jefe municipal el próximo año. Probablemente aun él no lo tenga decidido. Lo cierto es que esto genera mucho desconcierto en el interior del propio justicialismo. Para muchos su figura es la única que puede generar un consenso generalizado dentro del oficialismo y evitar rupturas que pondrían en peligro la posibilidad de aferrarse al poder otros cuatro años más.Claro que, luego de dos gestiones consecutivas, la propia figura de Cinalli también sufrió un significativo desgaste.
La frase resonante del discurso de este jueves, en la que asegura que desea ser recordado por “haber hecho colegios”, ilusionó a muchos, y preocupó a tantos otros, con la posibilidad de que el jefe municipal desee concretar un mandato más al frente del municipio y poder lograr ese sueño de inaugurar nuevos establecimientos educativos en la ciudad.
Falta mucho. Pero la política de Capitán Bermúdez ya está en modo campaña 2023.