Una pareja de la ciudad de San Lorenzo denunció públicamente que su domicilio fue allanado por error el sábado 8 de julio en horas de la mañana mientras se encontraban durmiendo. Los policías ingresaron tras forzar la puerta y se les acercaron a la cama mientras dormían, los esposaron y revolvieron parte de la vivienda hasta que se retiraron cuando comprobaron que no había nada de lo que la orden judicial solicitaba.
“Fue a las 7:15 de la mañana más o menos. Dormíamos con mi marido y se sintió un golpe, cuando sentimos el ruido ya los teníamos en la pieza apuntándonos, diciendo que era un allanamiento”, comenzó contando Orieta Ruiz, la dueña de la casa, en diálogo con 11Noticias. “Nos levantaron de la cama, nos hicieron tirar al piso, después le pusieron esposas a mi marido, a mí no me esposaron y me hicieron levantar, nos llevaron a la cocina, siempre apuntándonos, nos sentaron y nos empezaron a leer la orden de allanamiento”, continuó.
“Buscaban a dos personas, una mujer y un hombre, por robo calificado y por portación de armas. Los dos somos empleados. Mi marido es vidriero y yo empleada de comercio”, manifestó Orieta quien, además, tiene un problema de salud por el cual, explicó que debe permanecer tranquila y, a su vez, a raíz de ello enfrenta un problema con su prepaga que le dio de baja justo en el momento en que debe someterse a una costosa operación.
“Estaba de vacaciones esa semana, me había tomado unos días para descansar y arreglar el problema que tengo con Medife. Entonces cuando le dije así a uno de los policías empezaron a decirnos que iban a mirar y a revisar toda la casa. Mi marido y yo llorábamos, y nos pedían que nos calmáramos”, prosiguió el relato.
Luego, los efectivos realizaron una consulta con el 911 para saber si tanto la mujer como su marido Claudio Gustavo Berra tenían algún antecedente y comprobaron que no tenían ninguno. “Jamás en nuestra vida tuvimos ni una entrada en la comisaría y la camioneta que tiene mi marido para trabajar tampoco tenía problemas. No tenemos armas, no tenemos nada”, dijo.
Tras revisar todos los ambientes de la casa y romper una puerta para ingresar al patio, pese a que la mujer les indicó dónde estaban las llaves e incluso se ofreció a abrirles, los policías dieron por terminado el allanamiento con resultado totalmente negativo. “Nos pidieron disculpas, nos hicieron firmar un papel de que estábamos libres y se fueron”.
¿Cuál fue el error?
Este medio consultó a Orieta acerca de cuál creía que fue la causa por la que se produjo la confusión y si la dirección del acta del allanamiento coincidía con la de su vivienda, a lo que comentó que: “La dirección estaba bien puesta en el papel. Lo que ellos dicen es que el fiscal se confundió de domicilio, que fue el fiscal el que cometió el error de darles el domicilio mal”. Para la mujer, la equivocación se habría radicado en que su calle es General J.J. Valle y el domicilio que deberían haber querido allanar realmente, debería haber sido uno de calle Lavalle.
La única respuesta que obtuvo al respecto fue la del fiscal Carlos Ortigoza, quien había solicitado dicho operativo, que le señaló a través de un intermediario que quienes se confundieron en verdad fueron “las tropas de investigaciones”. “Se pasan la pelota uno con otro”, resumió la mujer que señaló que su intención es que “me paguen lo que me rompieron” ya que los arreglos de las dos puertas afectadas debieron afrontarlos desde su bolsillo.
Más allá de los primeros momentos que, como en cualquier allanamiento, los policías se movieron con cierta violencia, “cuando se dieron cuenta que estaban re equivocados, bajaron un cambio”, e incluso le permitieron a Orieta y su marido tomar mates.
“Gracias a Dios fue un susto. Todavía dormimos con las luces prendidas. Recién hace unos días que estamos durmiendo bien entre comillas, porque a la madrugada nos despertamos y es ese miedo, esa sensación de que te van a entrar”, cerró.
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