No se encontraron resultados.La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, inauguró el pasado sábado un nuevo período legislativo. Una parte de su discurso, que duró casi tres horas, estuvo dedicada a los docentes, justo en medio de una nueva paritaria que, a la postre, terminaría con un paro de maestros en todo el país y la postergación del inicio del ciclo lectivo.

No es la primera vez que la mandataria critica a los docentes, hace dos años, también durante un discurso de apertura legislativa, esgrimió críticas hacia los maestros por tener tres meses de vacaciones.

En esta oportunidad, apuntó hacia otro lado: “No puede ser que cada año sea un parto el inicio de clases por la discusión salarial”, dijo Cristina, quien percibe un sueldo, según cifras oficiales emitidas desde el gobierno nacional, de casi 50 mil pesos, contra los menos de $4000 que perciben los maestros en la mayoría de las provincias cuando inician su actividad. Hay que destacar aquí, por ejemplo, la calidad salarial de la provincia de Santa Fe, territorio cuyo gobierno acordó su paritaria hace días con los gremios y con una suba con gran aceptación.

“A veces uno siente la sensación de sentirse rehén”, agregó para profundizar su crítica la presidenta. Quizás no sepa de lo que son rehenes miles de docentes a lo largo y a lo ancho de la república, ya que no sólo tienen que cumplir con su labor dictando el programa escolar asignado, sino que muchas veces se transforman en la única contención que tienen los chicos. Son mucho más que maestros.

Además, si se siente rehén de una paritaria docente, resulta curioso que no haya mencionado nada con respecto al conflicto policial de diciembre pasado, donde toda la sociedad sufrió la protesta de los efectivos, con los hechos que son de público conocimiento.

Por otra parte, la jefa de Estado planteó la posibilidad de impulsar el presentismo. Todas estas palabras fueron seguidas por los aplausos de los legisladores kirchneristas y de las barras.

Un dato curioso es que en el caso del senado, durante el 2013 hubo legisladores que faltaron a más de la mitad de las sesiones, es decir a su trabajo. Carlos Menem, por ejemplo, se ausentó en 19 de las 23 convocatorias y Pablo Verani en 15 oportunidades. Sólo un tercio de los representantes de la Cámara alta tuvo asistencia perfecta.

La verdad es que vamos a coincidir con la presidenta, hay que impulsar el presentismo. Y que mejor manera de empezar que hacerlo por la legislatura.