A cinco horas de iniciado el debate de la Ley de Bases, el senador sanlorencino Eduardo “Wally” Galaretto utilizó casi todos sus minutos de exposición para argumentar, con un gran vacío de contenido, la postura a favor de la Ley Bases a la hora de votar.
El sanlorencino descubrió antes de terminar sus palabras que las verdaderas intenciones de acompañar están ligadas a una estratégia política ya utilizada en la provincia de Santa Fe.
En ese sentido Galaretto reconoció que “hemos sido oposición responsable de nuestra provincia y hemos sido gobierno”, en relación a la llegada de Maximiliano Pullaro a la Casa Gris, y sostuvo:
“Queremos ser responsable opositores en la nación y veremos qué nos depara el futuro”. Puro oportunismo político.
“Ni máquina de impedir, ni dilación innecesaria de tiempos, ni cheques en blancos, ni pronosticadores del fracaso ni del éxito, vamos a acompañar porque esperamos que desde nuestra provincia poder acompañar la gran tarea de Pullaro”, justificó.
Sin esperar que sus palabras encuentren un argumento que conmute la esencia del voto de algún par, el senador paracaidista que tomó la banca de Dionísio Scarpín, encaminó su discurso para cercar la presentación a un hecho ya suscitado en el territorio de la invencible.
Además, el senador recordó que entre 1999 y 2003, en su periodo en la Cámara de Diputados de Santa Fe, cuando el gobernador era Carlos Reutemann, tuvo la misma oportunidad de aplicar la lógica del opositor dialoguista, que no se ajusta al pensamiento dogmático y zigzaguea entre la matriz partidaria de sus orígenes, pero que encuentra oportunidades políticas y aspiracionales.
En ese sentido, Galaretto aseguró
“voy a votar en orden a esa lógica política, para habilitar una herramienta al nuevo gobierno” pero no detalló si su expectativa electoral es en primera persona o pensando en algún presidenciable de su provincia.
En su intento de esconder las verdaderas intenciones el legislador dijo que “miremos por donde miremos la Argentina es un paciente en emergencia” y según sus propias palabras le cabe “un juicio de mala praxis”.