Habiéndose cumplido un año desde la asunción de Javier Milei no quedan dudas: los jubilados son la casta. Y la casta paga el ajuste, la crisis y la recesión. Hay legalización de la evasión impositiva mediante blanqueos para unos y represión para otros. Evidentemente la sociedad argentina pensaba que, cuando en campaña el actual oficialismo se refería a “la casta” estaba nombrando a políticos corruptos que no aportan al bien común a través de su función pública, sin embargo, hoy tenemos un senador nacional que fue atrapado in fraganti con USD 200.000, si, doscientos mil dólares, cruzando la frontera a Paraguay y el Senado de la Nación no consigue reunir el quórum para expulsarlo de la cámara. Mientras tanto los jubilados de la mínima marchan y protestan por sus salarios de miseria y la respuesta del Estado son policías, palos y gases lacrimógenos. No quedan dudas, para el gobierno los jubilados son la casta.
Si quedaban dudas de esta afirmación luego del anuncio de la semana pasada ya fueron evacuadas, el gobierno anunció por X (Twitter) que PAMI ya no le cubrirá el 100% de los medicamentos a los jubilados cuyos ingresos totales mensuales superen un haber mínimo y medio. En otras palabras, los jubilados que, por cualquier motivo tengan ingresos mensuales superiores a $388.500 no gozarán más de esa cobertura. Tampoco tendrán la cobertura los jubilados que estén afiliados, además de a PAMI a alguna prepaga. Ni los que tengan un vehículo de menos de diez años de antigüedad. Ni los que tengan más de un inmueble.
Solamente los jubilados más pobres podrán tener la posibilidad de realizar un trámite online para demostrar su pobreza y así poder acceder a la cobertura de sus medicamentos. Hasta tanto no lo hagan, deberán pagarlos. No hay dudas, los jubilados son la casta y los remedios un privilegio.
Desde el inicio del gobierno de Javier Milei los medicamentos han aumentado, en promedio, un 284,5% mientras que la jubilación mínima, teniendo en cuenta el bono de $70.000, solo aumentó un 159,4%. La cobertura al 100% de los medicamentos era parte integrante de esa jubilación de miseria y claramente, la eliminación de dicha cobertura implica un recorte directo al monto de la jubilación.
Los jubilados vienen sufriendo un destrato particularmente grosero por parte del gobierno que día a día nos confirma que corta el hilo por lo más delgado, por aquellos que se encuentran en una situación particular de vulnerabilidad tanto económica como física por el natural hecho de encontrarse atravesando el final de su vida. Esto se materializa en situaciones dramáticas, de angustia extrema, que parecen repetirse cíclicamente en los períodos neoliberales de nuestro país. Me refiero al jubilado de Córdoba que atentó contra su vida en una sede de PAMI al enterarse que ya no tenía cobertura de su medicación crónica.
Ni siquiera es una política displicente, es una política de maltrato directo a los que menos tienen, los jubilados, los pobres, los estudiantes y los trabajadores, a quienes el gobierno considera la casta.