A partir de ahora, las recetas deberán generarse a través de las plataformas habilitadas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS) y cumplir con requisitos como identificación del profesional, datos del paciente, detalles del medicamento y firma digital.

Las farmacias podrán acceder a las recetas directamente desde los repositorios digitales mediante el DNI del paciente, evitando el uso de papel y agilizando el proceso de dispensa. Sin embargo, las recetas manuscritas seguirán siendo válidas en zonas sin conectividad o en casos excepcionales.

La iniciativa también busca reducir errores, facilitar el acceso a medicamentos y mejorar la toma de decisiones médicas. Aunque 17 provincias ya tienen leyes de receta electrónica, otras jurisdicciones aún trabajan en su implementación.

Esta medida se enmarca en la Ley Nacional de Recetas Electrónicas (N° 27.553) aprobada en 2020, apuntando a un sistema de salud más eficiente y accesible.