", organizado por las Direcciones Generales de Cultura y de Relaciones Internacionales del Honorable Senado de la Nación, en el cual participaron especialistas de diferentes instituciones y organismos.
En su discurso, en el que atacó la Ley de Aborto Legal, Villarruel enfatizó que "el respeto a la vida y la dignidad humana no deben estar sujetos a las decisiones de las mayorías. Son precondiciones básicas de la sociedad y ninguna autoridad legítima, tiene potestad sobre ella. Por eso, cuando se priva de derechos fundamentales a un determinado grupo de personas porque todavía no nacieron, porque están débiles, enfermas o ancianas, se resiente en la legitimidad del mismo Estado y se resiente también en la vida humana".
Luego afirmó: "Con la tasa de natalidad más baja de nuestra historia, se pone en evidencia un problema profundo que amenaza las posibilidades de desarrollo nacional. La población es el recursos más valioso de una Nación y la necesidad de incremento de los nacimientos es un desafío estratégico. Nosotros podemos aceptar este desafío porque Argentina es tierra de vida, sinónimo de familia, amistad y comunidad".
"Coincidimos en la necesidad de sacar a las mujeres argentinas de vulnerabilidad, pero consideramos que ofrecer el aborto como respuesta a una mujer embarazada en dificultad es abandonarnos a la mediocridad y el desaliento", reflexionó en otro tramo.
Además, la presidente del Senado invitó "a todos los argentinos, a las asociaciones civiles, a las fundaciones y grupos que trabajan por los niños a sumarse a esta gesta abrazando y cuidando la vida desde la concepción. Podemos hacerlo porque todo es por argentina". También se dirigió a los legisladores para que "velen siempre por el impacto de leyes sobre la vida integral de los ciudadanos, sobre sus cuerpos físicos y también sobre sus espíritus. Y a los gobernadores de las provincias que tengan siempre presente a las familias que son las que conservan su estilo de vida y tradiciones".
Victoria Villarruel finalizó su participación haciendo un llamado a "la defensa de la vida y dignidad de las personas por nacer. Es imperativo revertir los procesos de desvalorización de la vida humana, la cultura de la muerte y el descarte, y asumir la enorme responsabilidad de gobernar con el propósito de que la protección de la vida y la dignidad infinita de cada persona, sea el fundamento y el principal anhelo que nos guía en nuestra tarea".