Mientras Europa, Estados Unidos y la mayor parte del hemisferio norte enfrenta una ola de calor casi sin precedentes, en Argentina enfrentamos temperaturas poco habituales para el mes de julio con incendios en las sierras de Córdoba. Al respecto, el Viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Sergio Federovisky realizó un análisis y dejó algunas cuestiones para pensar a futuro. “La agenda ambiental de la Argentina no es propia. Nuestra agenda debería ser la de la adaptación y de cómo reducir la vulnerabilidad de la sociedad”.

Consultado por Cadena 3 Rosario, Federovisky afirmó que hace más de 30 años los científicos advirtieron que una de las consecuencias más claras del cambio climático iba a ser la agudización de los extremos. “Estos son fenómenos que siempre existieron pero que parecen más agudos, más pronunciados, más violentos, más intensos y más recurrentes. Lo vivimos con la sequía, que duró prácticamente cuatro años en la Argentina, con los incendios forestales, lo vivimos con las olas de calor nuestras en el verano pasado. La racha de olas de calor en el verano último en la Argentina fue la más grande de los últimos 50 años”.

“Lo que estamos viendo es un sistema climático que se rompió, que rompió su equilibrio"

“Lo que estamos viendo es un sistema climático que se rompió, que rompió su equilibrio, y que en la búsqueda de algún nuevo equilibrio lo que hace es tocar los bordes. Y al tocar los bordes nos lleva a extremos a los cuales normalmente no estamos acostumbrados", explicó.

Luego, fue consultado acerca de si la ola de calor que enfrenta el hemisferio norte podría anticipar lo que sucederá en el verano en nuestro país. Al respecto, el Viceministro indicó que fue al revés. “El último verano (en Argentina), en cuanto a la cantidad de olas de calor, anticipó lo que es el verano en Europa actualmente”, aseguró.

Punto de no retorno

“Estamos atravesando lo que se conoce técnicamente como el punto de no retorno, lo que significa atravesar un determinado umbral tras el cual no puede establecerse claramente cómo van a ser las condiciones porque no es posible volver a las condiciones anteriores”, explicó Federovisky.

“Hacer algo para enfrentar, prevenir, evitar o morigerar que sigan pasando cosas como, por ejemplo, esa ola de calor en Europa, es casi ilusorio, porque cualquier tarea que se encare ahora, por ejemplo, la reducción drástica de los gases de efecto invernadero que se acumulan en la atmósfera, puede tener efectos dentro de bastante tiempo. Hoy lo que estamos viviendo son las consecuencias y los efectos de la acumulación de gases de efecto invernadero quizás de 30 o 40 años atrás que provocaron que se agudizara ese efecto invernadero y el planeta tendiera a calentarse en su temperatura promedio”, agregó.

“Los científicos dicen que la acumulación que ya tenemos de gases de efecto invernadero en la atmósfera va a provocar daños y consecuencias durante los próximos 100 años aun si mañana cortáramos toda emisión a la atmósfera de nuevos gases”, cerró su idea.

La agenda climática del futuro

“La Argentina hasta el momento llevó una agenda que no es propia, es la agenda que éticamente se impone que es la de reducir los contaminantes, la de migrar desde una energía producida a base de petróleo a una energía a base de energías no convencionales, renovables, etc. Esa es la agenda de Europa, de Estados Unidos o de China, que verdaderamente provocan la contaminación y son los culpables, si se quiere, de este fenómeno global”, sostuvo el Viceministro.

En ese sentido, señaló que “nuestro país tiene un aporte del 0,8% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Nada. Por lo tanto, nuestra agenda es la agenda de la adaptación, es la agenda de cómo reducir la vulnerabilidad de la sociedad, tanto de su habitabilidad como de su actividad productiva, por ejemplo, el agro, para estar atentos a situaciones como esta que se van a repetir en el tiempo”.

“¿Vamos a esperar a la próxima sequía para perder de vuelta 20.000 millones de dólares? Pregunto. ¿O vamos a generar políticas adaptativas para que el agro, de alguna manera, pueda afrontar una situación de este tipo?”

Por último, cerró con algunas autocríticas: “no estamos teniendo con la potencia y la urgencia y la severidad necesarias políticas de adaptación a un escenario que no preveíamos que iba a llegar tan pronto. La Argentina presentó y tiene un buen programa de adaptabilidad, que se le presentó al presidente de la Nación hace aproximadamente 6 meses, pero todavía nos está costando desarrollar esas políticas”.

"La última sequía le provocó a la Argentina una pérdida de, presumiblemente, 20.000 millones de dólares en ingresos del agro. ¿Vamos a esperar a la próxima sequía para perder de vuelta 20.000 millones de dólares? ¿O vamos a generar políticas adaptativas para que el agro, de alguna manera, pueda afrontar una situación de este tipo?", se preguntó el funcionario.

“No hay en la campaña electoral más que las invocaciones a la agenda obvia del calentamiento global. Hay que reducir las emisiones, hay que tener más energías renovables, todo eso lo sabemos, pero, ¿qué vamos a hacer con la sociedad cuando aparezcan olas de calor de estas características, como la que está apareciendo en Europa, u olas de frío?", continuó.

"Frente a desastres climáticos de esta magnitud, lo que determina el impacto de ese desastre es la vulnerabilidad de la población que recibe ese impacto. Y nosotros tenemos, en muchos aspectos, sociedades muy vulnerables a esas situaciones" concluyó.