Soledad Moyano Henderson es la mamá de Tomás, un niño de 2 años de edad que
espera desde abril del año pasado un riñón para salvar su vida. Nació con insuficiencia renal crónica y debe realizar diálisis peritoneal desde el primer mes de vida. Su madre realiza una campaña de concientización sobre la importancia de la donación pediátrica de órganos.
Tomás, con tan sólo 2 años de vida, ya tiene una gran historia de lucha y valentía. Padeció un shock séptico a los 7 meses, estuvo 20 días en coma con riesgo de muerte y 2% de probabilidad de vida. Se sometió a más de 20 cirugías y aún sigue luchando por vivir.
Desde los ocho meses de vida hace hemodiálisis tres veces por semana luego del shock séptico. “La hemodiálisis en sí es un tratamiento que gracias a ello Tomi puede sobrevivir, pero no reemplaza todas las funciones del riñón. Entonces
la mejor solución para que Tomi pueda seguir viviendo sería un trasplante renal”, contó Soledad, mamá de Tomi, en diálogo con
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“La espera a veces hace larga, inicia la lista de espera y quizás a la semana llega el donante, pero a veces pasa mucho más tiempo como nos está pasando ahora y el tiempo se agota”, expresó Soledad, quien luego dijo “hay muchos chicos quede muchos que no sobreviven, esperando su trasplante y mi campaña de concientización es para eso para que concienticemos para la donación de órganos pediátricos, para que no haya tantos chicos en lista de espera y que tengan esa segunda oportunidad”.
“La idea es tratar de concientizar y en un momento de tanto dolor como puede llegar a pasar de que uno pierda su hijo o un familiar, en ese momento donde los médicos le preguntan ¿quiere donar sus órganos? Es un momento muy difícil, por eso estamos tratando de reformular la ley para que todos seamos donantes o que puedan llegar a dar su voluntad, expresar su voluntad en un tiempo anterior y no en ese momento”, explicó la mamá.
LOS ÓRGANOS NO VAN AL CIELO
El nombre de esta campaña plantea que que solo un donante puede salvar hasta 7 vidas. En Argentina los órganos que comúnmente se trasplantan incluyen riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino, mientras que los tejidos trasplantados suelen ser córneas, piel, huesos y válvulas cardíacas. Estos procedimientos de trasplante se llevan a cabo exclusivamente utilizando órganos de donantes fallecidos. La donación de órganos en vida se reserva para situaciones de extrema necesidad y únicamente cuando no se dispone de donantes voluntarios después del fallecimiento.
Actualmente, en Argentina, hay casi 200 niños en lista de espera.
“Los órganos no van al cielo y pueden salvar hasta siete vidas y esa persona puede vivir en otras personas porque su corazoncito puede latir en otro chiquito, en sus órganos que pueden ser el páncreas, el riñón, el pulmón, intestino, hay un montón de donaciones y trasplante que se pueden hacer. Entonces,
hay vida después de la vida es súper importante y podemos ayudar a otras personas que eso es lo más importante y dar segundas oportunidades”, destacó Soledad.