Fuentes oficiales indicaron que la intención es actuar con rapidez para dispersar posibles focos de conflicto y evitar enfrentamientos prolongados entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes. “Esta vez se va a avanzar con firmeza para dispersar a los violentos, limpiar la zona y evitar largas horas de enfrentamiento”, señalaron desde el Ministerio de Seguridad.

Uno de los principales objetivos es impedir que se repitan episodios como el ocurrido la semana pasada, cuando la represión dejó un saldo de 124 detenidos y más de 20 heridos, entre ellos el fotógrafo Pablo Grillo, quien sufrió lesiones graves tras recibir el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza.

En este contexto, el colectivo Mapa de la Policía, apoyado por diversas organizaciones como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), identificó al supuesto gendarme responsable del disparo que hirió a Grillo. 

La investigación apunta a determinar si el efectivo cumplió con los protocolos internacionales de uso de armamento no letal, que establecen que los cartuchos de gas deben ser disparados en un ángulo ascendente y no directamente contra las personas.