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martes, 14 junio 2011 | Meditación

AGOTAMIENTO POR EXCESO DE TRABAJO

El señor Jacobsen sabia que su trabajo como administrador de una empresa floreciente demandaba mucho de el. Sabia también que el mismo era un individuo hiperactivo que rara vez descansaba lo suficiente. Sin embargo esto era, precisamente lo que más le gustaba.
AGOTAMIENTO POR EXCESO DE TRABAJO No se encontraron resultados.Amaba su trabajo, además, siempre había más que promover; un conflicto más que resolver entre los empleados; o una meta más que alcanzar en términos de ventas. De hecho el Señor Jacobsen usaba sus dolores de pecho, sus noches de insomnio y su apretada agenda como condecoraciones por sus meritos. Lo enorgullecían, porque simbolizaban su dedicación al trabajo; pero un día, el dolor agudo que sintió en el pecho lo obligó a consultar a su médico.

Tras examinarlo, el doctor le preguntó si últimamente había estado bajo mucha presión. Con algo de sarcasmo Jacobsen contesto:
-¡Presión! ¿Es que acaso hay vida sin ella?
El facultativo se limitó a recetarle algo… que el hombre no esperaba.
-No se a que se dedica actualmente -acotó- pero le recomiendo que vaya buscando otro trabajo.

Esto despertó abruptamente al Sr. Jacobsen. ¡Podría tener que dejar la empresa! Algo andaba mal. Aunque tenía solo 29 años, estaba al borde de un ataque al corazón.

Para muchos no es nada fácil detener su frenética carrera hacia el agotamiento por el esceso de trabajo. Solo lo hacen por prescripción médica, o cuando ya no dan más. Hay momento en los que Dios nos invita a revisar nuestras prioridades. Su espíritu nos llama a la reflexión. La vida tiende a acelerarse y a pasar de largo, antes de que siquiera nos demos cuenta. Sin tiempo para reflexionar, vivimos saltando de una actividad a otra sin pensar.

La meditación no ocurre espontáneamente; hay que planearla. ¿Siente usted que va muy deprisa?, ¿que la corriente lo lleva rio abajo precipitadamente? ¿Alcanza a ver rocas peligrosas, en las aguas turbulentas que se avecinan?. He aquí algunos consejos bíblicos que podrían serle de utilidad “Bueno es esperar calladamente a que el SEÑOR venga a salvarnos” Lam 3:26.
“Guarda silencio ante el SEÑOR, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados Salmos 37:7.

El consejo de Dios es claro. No deje que su vida vuele sin sentido. Deténgase; medite; descanse; espere confiadamente en Él. Evalúe sus prioridades; respire hondo y permita que el Dios de la eternidad le dé una nueva perspectiva hoy.

Lic Mark Finley

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