
La actriz iraní Afsaneh Bayeghan, de 61 años, fue condenada a dos años de prisión por no cumplir con la ley sobre el uso del hiyab islámico en público, según informó la agencia de noticias local Fars. Además, la sentencia dictamina que debe acudir semanalmente a una consulta psicológica para tratar el "trastorno antisocial de la personalidad", con la obligación de presentar un certificado de salud al finalizar el tratamiento.
La actriz también enfrenta restricciones que incluyen la prohibición de usar redes sociales y la imposibilidad de abandonar la república islámica durante el período de condena.
Según la legislación iraní, la pena principal por no llevar el hiyab es de 10 días a dos meses de prisión o el pago de una multa. El castigo por incitar al incumplimiento del hiyab islámico es mucho más severo: de uno a 10 años de prisión.
La cuestión del hiyab cobró relevancia en Irán en septiembre de 2022, después de la muerte de la joven kurda iraní de 22 años Mahsa Amini, detenida por la policía de la moral que la acusaba de haber violado el código de vestimenta de la República Islámica, que obliga a las mujeres a llevar velo en público.
La muerte de Amini desencadenó un gran movimiento de protesta con manifestaciones en varias ciudades en octubre y noviembre.
Varios centenares de personas, entre ellas miembros de las fuerzas del orden, fueron abatidas y miles fueron detenidas. Siete hombres fueron ejecutados por su participación en este movimiento.
El portavoz de la policía, Said Montazeralmahdi, afirmó que esta decisión se tomó en respuesta a "demandas de la población e instituciones" para "expandir la seguridad pública" y "fortalecer los pilares de la familia".
Desde principios de año, las autoridades iraníes tomaron varias medidas para reforzar el cumplimiento del hiyab, como el cierre de comercios, especialmente restaurantes, y la instalación de cámaras de vigilancia para perseguir a quienes desafiarían la prohibición.
Aunque las autoridades exoneraron a las fuerzas de seguridad de toda responsabilidad en la muerte de Mahsa Amini, reconocieron ciertos excesos durante la represión de las protestas, que resultaron en aproximadamente 500 muertes, según informes de organizaciones no gubernamentales.