
Nigeria destruyó el martes 2,5 toneladas de colmillos de elefante que habian sido incautados, valuados en más de 11,2 millones de dólares. Esta acción se llevó a cabo en un esfuerzo por proteger la población de estos animales de los traficantes de fauna salvaje.
En las últimas tres décadas, la población de elefantes de Nigeria ha disminuido drásticamente desde unos 1.500 ejemplares a menos de 400 debido a la caza furtiva para obtener marfil.
El ministro de Estado para el Medio Ambiente, Iziaq Salako, declaró que el gobierno había triturado los colmillos y
utilizará el polvo para construir un monumento simbólico en el parque nacional como recordatorio de la importancia de los elefantes en el ecosistema.
Este hecho es similar al que ocurrió en octubre, cuando las autoridades destruyeron cuatro toneladas de escamas de pangolín incautadas, valoradas en 1,4 millones de dólares.
Miles de elefantes mueren cada año por sus colmillos a pesar de la prohibición del comercio de marfil impuesta en 1989 por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
A pesar de ser signataria de la CITES, Nigeria está considerada un centro neurálgico para las bandas que envían a Asia piezas ilegales de fauna africana, como colmillos y escamas de pangolín, según las fuerzas del orden y los expertos en fauna salvaje.