La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó este jueves que el Pontífice pasó una noche tranquila y que su evolución sigue siendo favorable. Sin embargo, los especialistas mantienen la prudencia y todavía no definieron una fecha para su alta médica.

El Vaticano confirmó el lunes pasado que el Papa “ya no corre peligro inmediato” y que su pronóstico dejó de ser reservado. No obstante, el martes se aclaró que su cuadro sigue siendo “complejo”, lo que llevó a los médicos a optar por una recuperación cautelosa para evitar posibles recaídas.

El tratamiento de Francisco incluye oxígeno a alto flujo durante el día y el uso de una máscara de ventilación asistida por las noches, medidas que buscan garantizar una adecuada oxigenación y evitar complicaciones respiratorias. De acuerdo con el último parte médico, los análisis de sangre y la respuesta a la medicación muestran una recuperación positiva, aunque la internación continuará por precaución.

A pesar de su evolución favorable, el Papa redujo significativamente su agenda pública. No obstante, continuó con algunas tareas desde el hospital, como la firma de decretos y la recepción de colaboradores cercanos.

Uno de los principales interrogantes es su participación en las ceremonias de Semana Santa, previstas entre el 13 y el 20 de abril. La falta de una fecha de alta médica genera dudas sobre su capacidad para presidir los eventos litúrgicos más importantes del calendario católico. Fuentes cercanas al Vaticano indican que, de ser necesario, podría delegar algunas funciones a cardenales de alto rango, como ya hizo en ocasiones anteriores.