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Un empleado de la empresa halló en la mañana de este martes dos botellas que contenían un líquido inflamable en uno de los trenes regionales de la capital alemana, a la altura de Grünau, en el sudeste.
Hasta el momento nadie reivindicó la frustrada acción, informó la agencia de noticias DPA.
El lunes al mediodía la policía logró frustrar un presunto ataque en la estación central de trenes de Berlín, cuando unos operarios detectaron siete botellas similares en el extremo norte de uno de los túneles de acceso a la estación, a sólo 200 metros del edificio por el que cada día pasan miles de personas.
Poco antes se había producido otro ataque incendiario contra la red ferroviaria alemana en el norte de Berlín, en una de las vías principales hacia Hamburgo, en el noroeste.
Desconocidos colocaron dos bombas incendiarias en unas torres de cables entre las estaciones de Brieselang y Finkenkrug, en el estado federado de Brandeburgo, vecino a Berlín, y una de ellas explotó destruyendo los cables de señalización.
Los daños obligaron a cortar el tráfico en todo el transitado tramo y desde entonces siguen registrándose graves alteraciones en la circulación.
La Oficina de Investigaciones Criminales (LKA) de Berlín analiza el contenido de un comunicado publicado en una página de la izquierda radical, en el que un grupo antimilitarista autodenominado "Hekla" se atribuyó la autoría.
"Hekla", que lleva el nombre de un volcán islandés, explicó que con el ataque protesta contra la misión del Ejército alemán en Afganistán y exige la liberación del soldado estadounidense Bradley Manning, en prisión tras ser acusado por el Ejército de su país de haber filtrado información confidencial a Wikileaks. (TÉLAM)