La discusión por la desregulación de la actividad marítima, fluvial y pesquera aún está latente en el Gobierno que, en un principio, desistió de incorporar artículos en la nueva Ley de Bases enviada al Congreso Nacional. Tras la primera derrota en Diputados, se conoció que en los pasillos del Ministerio de Economía que conduce Luis “Toto” Caputo circula un borrador que daría la sentencia de muerte a la Marina Mercante Nacional.

Se trata de un escrito de variado contenido de desregulaciones argumentadas con un informe emitido por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa), donde considera insostenible el modelo actual y compara el costo del personal embarcado argentino con tripulaciones de otras banderas. El informe pondera el valor del flete en la flota de la República del Paraguay.

En ese sentido, Francisco Sánchez, vicepresidente de la Asociación de Capitanes y Prácticos y Capitán de Ultramar del Paraguay, relató la realidad de los trabajadores embarcados en el país vecino y las dificultades para ejercer la representación sindical.

Francisco Sánchez

El sindicalista aseguró a 11Noticias que el gobierno mantiene una postura de obstaculizar el reconocimiento como organización gremial. Además, explicó que “cada gremio debe plantear a cada naviera el proyecto de contrato colectivo”. En la actualidad, Paraguay tiene aproximadamente 30 navieras, la mayoría de banderas de conveniencia y de capitales estadounidenses.

“Hay una asociación de marineros que sí tiene un contrato colectivo con varias navieras, solamente ellos. Nosotros no tenemos eso porque no se avanzó, entonces cada tripulante, capitán o práctico debe gestionar en forma particular su contrato laboral”, detalló.

Sanchez aseguró además que “un contrato colectivo le dará claridad, igualdad, estabilidad al contrato laboral”, y agregó: “Entonces todos los tripulantes van a recibir el mismo trato. No va a haber diferencia de tripulante a tripulante, que es lo que está ocurriendo”.

Consultado sobre las presiones de las empresas en las negociaciones individuales, el dirigente señaló: “Claro que sí, hay. Por ejemplo, los salarios son diferentes, un capitán puede estar ganando 3.000 dólares en una empresa y en esa misma empresa otro capitán puede estar ganando 6.000, 7.000 dólares por el mismo trabajo”.

“Esto puede representar un abuso o injusticia para aquel que no sepa negociar o que no exija sus derechos, o que no exija lo mismo que otro esté exigiendo. Que no sepa dar valor a su trabajo”, sostuvo el dirigente y agregó que Argentina podría retroceder en materia de derechos si se avanza con una reforma laboral.

"Por experiencia, le digo que es muy difícil la negociación particular. Que cada uno esté luchando, peleando por su beneficio, derecho o que se reconozca su valor laboral”, afirmó Sánchez, y concluyó: “Las empresas siempre van a pelear por tener menores costos. En Paraguay, la ventaja que tiene la empresa es la gran cantidad de mano de obra ociosa, entonces se le facilita así a las empresas poder negociar a la baja con los tripulantes”.