Ya no se habla de la bonanza del campo que dejaría miles de dólares en la liquidación de las ventas al exterior, de hecho, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (C.I.A.R.A.) argumenta un panorama difícil por la caída de precios internacionales de los granos, aumentos de costos nacionales (como gas y electricidad), y fuerte pérdida de mercados frente a otros competidores internacionales.

La entidad le anunció al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que los productores no están vendiendo, ni quieren hacerlo por el momento, y que esperan una liquidación de exportaciones en torno a los USD 1.500 millones mensuales en los próximos tres meses, cuando en el 2021, año similar en producción al actual, el ingreso de dólares osciló entre USD 2.700 millones y USD 3.500 millones.

El tipo de cambio no resulta atractivo para las empresas que esperaban un aprovechamiento del cambio de gobierno y una devaluación mucho más profunda. El avance lento del tipo de cambio oficial (al 2% mensual) y la inflación elevada hace que el dólar pierda cada vez más competitividad y surjan especulaciones en torno a una posible mejora; por otro, los precios de la soja y el maíz han caído fuertemente. En el caso de la oleaginosa, de valer USD 510 la tonelada en mayo de 2023, hoy se ubica apenas por encima de 400 dólares. Y el precio FOB del maíz cayó de USD 240 que cotizaba en ese mes del año pasado a menos de UDS 190 la tonelada hoy.

La CIARA le tira un PIE a Caputo

En este contexto las empresas buscan visibilizar su descontento con las condiciones económicas. Días atrás cruzaron a la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (C.A.R.B.A.P.) para rechazar un pedido de mayor intervención del Estado en el mercado de granos, de hecho cuestionaron que “aún tenemos un dólar exportador que debería eliminarse” y en sintonía con el sentir del presidente, que el precio lo maneje el mercado.

Para entender a las empresas hay que repasar el Programa de Incentivo Exportador.El primer programa se desarrolló durante el mes de septiembre de 2022 con un tipo de cambio diferencial de $200/US$. El segundo PIE se desarrolló entre noviembre y diciembre del 2022 con un tipo de cambio de $230/US$, aunque se permitió el anote de DJVE hasta el 20 de enero.

Las ventas de soja durante los 2 meses de aplicación del programa fueron de US$ 12.416 millones, y le permitieron recaudar casi $ 720 mil millones en retenciones. Pero el programa también obligó al Banco Central a apelar a la emisión monetaria para hacer frente a la diferencia entre la compra y la venta del dólar, y el gobierno nacional emitió deuda por casi US$ 4 mil millones para compensar esa operatoria.

Por su parte, el PIE III comenzó el 10 de abril de 2023, con un tipo de cambio de $300/US$, incorporando más productos, pero manteniendo a la soja en el programa hasta el 2 de junio del mismo año.

La salida de la soja del programa en el día hábil 35 se observa con claridad en la disminución de liquidaciones.

Finalmente, el PIE IV o “Dólar Agro” tuvo como protagonista al maíz, sin incorporar a la soja en esta oportunidad.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) señaló a principios de mes que en soja y maíz se vendió hasta un 12 y un 21 por ciento de la producción respectivamente, lo que representa 9 por ciento menos que el promedio de los últimos 3 años, mientras que, en trigo, con una campaña cerrada, solo se vendió el 52% de lo cosechado, con una baja interanual aún más pronunciada del 12 por ciento.