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alimenta el entusiasmo de miles de hinchas, luego de que el presidente Ignacio Astore asegurara que “Chiqui Tapia trabaja permanentemente” para que el capitán de la Selección Argentina vista la camiseta rojinegra. Aunque el sueño parece lejano, el propio dirigente dejó abierta la puerta: “Hoy es difícil, pero no quiere decir que mañana sea más sencillo”.
Sin embargo, la ilusión que genera la figura de Messi convive con varios conflictos internos que exponen las grietas institucionales del club. En los últimos días, seis niños de la escuelita de fútbol fueron sancionados por fotografiarse con Ignacio Malcorra, jugador de Rosario Central. La medida fue duramente criticada, incluso por Lionel Scaloni, y derivó en un escándalo que incluyó audios filtrados del coordinador infantil Juan Álvarez, quien defendió la suspensión diciendo que “el club está por encima de todos”.
El episodio tuvo fuerte repercusión pública y motivó la intervención de las defensorías del Pueblo y de Niñez de Santa Fe, que cuestionaron el accionar de la institución por posible vulneración de derechos. Pese a las explicaciones oficiales, la dirigencia de Newells quedó nuevamente bajo la lupa por su manejo de las divisiones inferiores y por las decisiones tomadas en función del clásico rosarino, sin considerar el impacto emocional sobre los chicos involucrados.
A ese clima enrarecido se suma el conflicto con el plantel femenino profesional, que atraviesa un momento delicado. Las jugadoras denunciaron públicamente la falta de pago de salarios y premios correspondientes a los títulos obtenidos en este 2025, entre ellos la Copa Federal y el Torneo Apertura. A través de un duro comunicado, exigieron respuestas de la dirigencia y denunciaron que esta situación no es nueva, sino parte de una desatención estructural.
La goleadora Mariana Larroquette, acompañada por sus compañeras, fue contundente en sus redes sociales al visibilizar el reclamo. La futbolista, con paso por la Selección, expresó su frustración y pidió mayor respeto por el esfuerzo y profesionalismo del plantel. El silencio institucional hasta el momento solo profundizó la molestia en un grupo que, a pesar de los logros deportivos, no recibe el acompañamiento que merece.
Así, el presente de Newells se debate entre luces y sombras. Mientras los hinchas sueñan con ver a Messi en el Coloso y las redes sociales se llenan de mensajes de esperanza, la vida cotidiana del club parece marcada por errores de gestión, falta de diálogo y conflictos evitables. Una dualidad que refleja los desafíos que enfrenta la institución para estar a la altura de su historia.