El equipo de Ariel Holan fue al frente desde el arranque, pero se topó con un planteo compacto y eficaz de Huracán, que aprovechó su única llegada clara de la primera parte para abrir el marcador. César Ibáñez envió un centro perfecto desde la izquierda y Mazzantti ganó en el área para anticiparse a todos y marcar de cabeza. Desde entonces, Central manejó la pelota, generó situaciones e incluso tuvo un gol anulado a Enzo Copetti por offside, pero no logró vulnerar al arquero Hernán Galíndez, quien fue una figura clave en el encuentro.

La más clara del Canalla estuvo en los pies de Gaspar Duarte, que ensayó una chilena que parecía gol, pero fue tapada magistralmente por Galíndez. También lo tuvo Santiago López con un remate que se fue apenas desviado y Malcorra de tiro libre. Pero la pelota no quiso entrar, y el reloj fue aliado del equipo de Parque Patricios, que defendió con orden y apostó a cerrar los espacios. En el segundo tiempo, Central fue con más empuje que claridad, y la falta de puntería terminó sellando la eliminación.

Para Huracán, el triunfo significa un paso histórico, jugará las semifinales del Apertura ante el ganador de Boca vs. Independiente. El equipo de Frank Kudelka dio el gran golpe del fin de semana y lo hizo en un estadio donde Central había ganado todos sus partidos en la fase regular. “Vinimos a una cancha durísima, nos preparamos para esto y dimos la talla. El grupo está fuerte y vamos por más”, declaró Ibáñez después del partido, reflejando el espíritu de un equipo que sueña en grande.

Rosario Central, en cambio, deberá digerir una eliminación inesperada y dolorosa. La derrota cortó una racha de nueve partidos sin perder y de cinco encuentros consecutivos sin recibir goles como local.Holan ahora deberá enfocarse en la planificación del próximo semestre. El objetivo de pelear por el título quedó trunco, pero el equipo mostró bases para seguir creciendo. El torneo continúa este lunes con el resto de los partidos de cuartos de final. Central ya quedó al margen, pero el fútbol no da respiro. El golpe fue duro, sí. Pero la historia del Canalla enseña que de cada caída se vuelve con más fuerza. Y eso es lo que en Rosario se empieza a trabajar desde hoy mismo.