Al fútbol se juega para ganar. Es un juego donde dos equipos se disputan una pelota que deben meter más veces que el rival en el arco, la meta ajena. Y en el hiperprofesionalizado fútbol de hoy, es aún más importante todavía.

Tanto Newell’s como Central comenzaron con procesos de viejos conocidos: Heinze y su primera experiencia como técnico de la lepra, tras pasar por los bancos de Vélez, Argentinos Juniors y Atlanta United de Estados Unidos y Russo por el lado del canalla, en un nuevo ciclo que lo trae al club al que nunca supo decirle que no.

Las realidades y los contextos al menos en el corto plazo, son distintos, pero en ambos clubes se exige ganar, pese a lo que se pueda ver dentro de la cancha. Así lo entienden ambos técnicos, lógicamente.

Si se entiende jugar bien como la utilización más eficiente de los métodos necesarios para conseguir una victoria en un partido de fútbol, Central está todavía en camino a construir ese juego sólido que pretende el técnico, pero mientras tanto saca buenos resultados, tres de tres de local, un empate frente a uno de los mejores equipos de este torneo y una dolorosa derrota que obligó a mostrar lo que se vio el viernes en el Gigante de Arroyito: un equipo que ganó y no mostró otra cosa.

Pero al final de las cuentas es lo que el proyecto canalla pide de Russo, que son los puntos. Como sea, tienen que venir para Rosario, el promedio acecha y es necesario consolidar una base importante de estos.

Distinta es la realidad en Newell’s, pero la exigencia es la misma. Y Newell’s pierde. Jugando bien, viendo la definición arriba mencionada, o mal, el equipo del gringo vira entre esquemas y la voluntad del entrerriano de confiar en juveniles que hasta ahora no le han demostrado estar a la altura.

Pero su apuesta fue esa. Apenas llegó a Bella Vista descartó a los “referentes”, por cuestiones salariales y futbolísticas, da igual a este análisis, para apostar a jugadores suyos (Hoyos y Ortiz también están en el debe futbolístico) y a los chicos del club, en un año que tendrá competencia internacional para la lepra y en donde la apuesta de esta comisión directiva es la renovación del Coloso Marcelo Bielsa.

El gringo pide paciencia, pero las derrotas duelen y mucho. Claypole y ahora Instituto son cachetazos duro para un técnico que se hace responsable, pero que por ahora, al menos en lo futbolístico, sigue en la misma idea.

Y Central cambia, prueba, busca los intérpretes para el planteo de un técnico que es casi el mismo en los últimos diez año de su trayectoria que lo llevó por distintos torneos de todo el mundo: ser sólidos y sumar poco a poco.

Porque al final del torneo se evaluará la posición en la tabla, todos los hinchas empiezan a leerla desde arriba hacia abajo. Allí es donde quieren que sus clubes estén, bien alto. Y eso se logra ganando.