Este fin de semana se estrenó en las salas de cine de la región la película Puan, un retrato de la vida universitaria desde el punto de vista de Marcelo Pena (interpretado brillantemente por Marcelo Subiotto), un profesor de filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires de calle Puán que encara un proceso de reinterpretar su vínculo con la casa de estudio, algo a lo que le ha dedicado toda su vida desde la docencia.

La muerte repentina del titular de la cátedra replantea al cuerpo docente de la cátedra de Filosofía Política cómo continuar con la orientación de la materia. Sumado a esto, llega Rafael Sujarchuk desde Alemania, un egresado de la universidad que actualmente orienta sus estudios hacia temáticas vinculadas a la inteligencia artificial, y que de alguna manera pretende diferenciarse de los antiguos modos de explicar el arte del debate filosófico.

Ahí comienza a desarrollarse una película que abre muchísimas puertas interesantes como el vínculo de Marcelo con su esposa Vicky (Mara Bestelli), una abogada que encara su vida en la lucha sindical y no parece requerir demasiado de la compañía de su pareja, y los trabajos auxiliares del docente como profesor particular de una mujer mayor adinerada y otro en una escuela ubicada en un barrio popular.

Estos dos son algunos de los caminos que la película decide eludir, para centrarse exclusivamente en el camino de la lucha contra Sujarchuk por la titularidad de la cátedra.

La filosofía como temática y tronco central de la película termina, con el desarrollo de la misma, quedando a un lado. Trabajos audiovisuales como la serie de Netflix Merlí podrían haber servido de guía como para no desaprovechar una disciplina muchas veces criticada pero que perdura y sigue planteando los caminos a seguir para, si es eso posible, comprender el camino de los y las seres humanos en este pasaje por la tierra.


Lali Espósito tiene una breve aparición como secundario en la película filmada en la Facultad

Entre los puntos altos de la película está la excelente caracterización de la vida universitaria y sus dinámicas, como también el vestuario y el casting elegido para los actores, todos con interpretaciones perfectas, pero que no ayudan a que la historia tome un rumbo que no parece haberse escrito de antemano.

La película es un intento más que satisfactorio en querer, sin ninguna propuesta burlona, dar cuenta de muchos aspectos particulares de la vida universitaria con sus peculiaridades más que características y abordando lugares comunes sin ningún tipo de resquemor y crítica moralizadora, pero a su vez, en lo que respecta a la historia en sí, deja muchos huecos sin llenar y la sensación de que la excelente interpretación del personaje principal queda desaprovechada por las limitaciones del guión.