Hay una serie de películas, narrativas y producciones que Netflix ofrece en su grilla y que viene, de algún modo, a hacernos olvidar del zaping en la televisión. Fin de Semana en Croacia (A Weekend Away) es una historia que seguramente se ofrecería en un canal de esos de mitad de grilla para un día de semana por la tarde, y la plataforma entendió que esas producciones tenían que formar parte de su oferta.

Este thriller dramático de poco más de 90 minutos de extensión encaja perfecto en un tipo de consumo accesible, que se presta a ser atendido por la facilidad en su resolución, pero que a su vez ofrece una historia que se cierra con todos sus puntos bien atados.

Beth, personaje principal interpretado por Keighton Meester (coprotagonista de la serie Gossip Girl) se encuentra en una paradisíaca ciudad sobre el mar Adriático en Croacia para pasar un fin de semana con su mejor amiga Kate (Christina Wolfe). Llega la noche y pese a los deseos de la protagonista de quedarse durmiendo por el agotamiento de haber tenido recientemente a su bebe junto a su pareja Rob (Luke Norris), quienes los esperan en Inglaterra, son interrumpidos por la insistencia de su compañera en salir a un bar.

La noche se va desarrollando, pero Beth es drogada, pierde el conocimiento, y solo recuerda la insistencia de Kate en juntarse con dos chicos en el interior del boliche. A la mañana siguiente, Kate desaparece, y Beth tiene indicios de que no se fue del departamento por su propia voluntad.

A partir de aquí se comienza a desarrollar la historia, en una investigación que le llevará días reconstruyendo la noche y descubriendo una serie de eventos que, descubrirá, eran el real motivo de las vacaciones organizada por su amiga.

La historia atrapa, pese a la trama predecible, por una serie de puntos en el guion que son cotidianos en el mundo occidental: violencia de género, las redes sociales mostrando el día a día de todos, la inmigración, y las relaciones volátiles actuales.

La directora australiana Kim Farrant explora nuevamente el terreno de la intriga, la búsqueda, la angustia y los enredos, en su tercera gran producción tras En Tierra Extraña y Desaparecida. Se ve claramente cierto estilo que es resignado en pos de lograr adaptar las historias a los parámetros de la plataforma, pero la historia concluye de forma armónica.

Repito, es una película predecible, que se pasa rápido, una producción bien al estilo Netflix, que es la única plataforma donde se puede ver. La propuesta es ver una película que presente una trama clara, un desarrollo sin complicaciones y un cierre acorde a las expectativas normales que va generando la película.