El espacio político presentó una iniciativa ante el concejo municipal para lograr una ordenanza de “Basura Cero”. Esta ordenanza regularía la gestión de residuos, enfocándose en la concientización para reducir la cantidad de residuos domiciliarios, su separación y su posterior reciclaje. De esta manera, según afirman desde el espacio, el municipio de ahorraría unos 2 millones de pesos que actualmente abona a la empresa que realiza la recolección para disponer los desechos en el relleno sanitario de Ricardone, y también se le daría un marco de legalidad al trabajo que realizan los recolectores informales.

“La idea es ir resolviendo varias problemáticas que presenta la ciudad en materia de recolección, tratamiento y destino final de los residuos” afirmó Lucio Addino, referente del espacio, y agregó “venimos observando una cantidad de denuncias: desde lugares donde no acceden a la recolección de los residuos y se generan basurales a cielo abierto; hasta problemas con los contenedores, que no son suficientes, no se les realiza mantenimiento ni permiten una separación de la basura”. Según afirmaron los impulsores de la iniciativa, en la ciudad de Capitán Bermúdez se generan unas 20 toneladas de residuos diarios, lo que representa unas 600 toneladas al mes.

“Los residuos son una producción social y hoy necesitamos reducir la cantidad dejando de utilizar envases de plástico y empezando a usar los de vidrio o retornables, y no consumir productos que incrementan la cantidad de desechos” planteó el referente del Frente Nuevo. Consideró también que “hay una gran cantidad de familias que hoy viven del reciclaje y me parece que debemos organizarlos y, a partir de una cooperativa, hacer el reciclaje de cartón, vidrio, de madera, hierro, etc”. Según dijo, esto “generaría una disminución de la cantidad de residuos que van al relleno de Ricardone” y al respecto agregó, “cuando viene viento del norte debemos inhalar ese aire contaminado, aunque también contamina las napas y la tierra”.



El referente aseguró que su propuesta permitiría a los recolectores informales tener un trabajo bajo un “cierto grado de institucionalidad” teniendo las medidas de seguridad adecuadas y posibilitándoles generar su propio sueldo y acceder a aportes jubilatorios.
Al ser consultado sobre si cree que se podría realizar algo similar por fuera de la Municipalidad en caso de que el proyecto no se apruebe en el Concejo Municipal, afirmó: “Si no hay ningún tipo de respuestas hay que ir hablando con las instituciones, vecinales y organizaciones sociales de la comunidad que quieran participar y trabajar mancomunadamente. Se puede desarrollar un sistema por afuera que pueda empezar en algunos barrios o sectores más complicados y después ir llevándolo a otros barrios”.

Para cerrar consideró que “si el Estado pudiese utilizar su estructura, se facilitarían muchas cosas y se ahorrarían esos 2 millones de pesos que se podrían destinar a otras cuestiones como hacer cloacas”.

por Marcos Carballo