
No se encontraron resultados.La jornada tuvo lugar en el aula de la Agencia Municipal de Seguridad Alimentaria (Amsal) y tuvo como objetivo promover hábitos saludables y la reducción del sodio en el pan artesanal. Smerling exhortó a los panaderos locales a que produzcan pan con menos sal y sin sal en base a la medida recomendada para reducir la importante carga sanitaria que representan las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que el aumento de la presión arterial en el mundo es el principal factor de riesgo de muerte y el segundo de discapacidad por enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal.
En la última encuesta de factores de riesgo que se hizo a fines de 2009 en nuestro país se advirtió que la hipertensión sigue siendo un problema importante porque 1 de cada 3 argentinos tiene presión alta. Al respecto, Smerling señaló que “hay pruebas sólidas de que la sal añadida a la alimentación es un factor importante para el aumento de la presión arterial, tanto en adultos como en niños”.
Los panaderos recibieron folletería y recipientes indicadores de las medidas de harina y sal apropiadas para lograr la fórmula deseada, y afiches para colocar en los negocios con la información de los beneficios de esta campaña, de manera tal que puedan ser vistos por toda la comunidad.
MENOS SAL SALVARÍA 6.000 VIDAS ANUALES
Según proyecciones de la cartera sanitaria nacional la reducción de 3 gramos de sal en la dieta de toda la población salvaría alrededor de 6.000 vidas anuales (ACV) cada año. Actualmente, en Argentina se estima que el consumo diario de sal por persona asciende a 12 gramos, cuando el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 5 gramos, lo que constituye un factor de riesgo significativo para la salud de la población.
Las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad. Sólo dos grupos de causas (cardiovasculares y cáncer) son responsables de la mitad de todas las muertes y del 27% de los años de vida potencialmente perdidos. De modo que en conjunto tienen un enorme peso en las muertes prematuras. Es por ello que la prevención y la promoción son fundamentales para generar hábitos saludables en la población.