Familiares de un hombre de 42 años de Puerto General San Martín denuncian
“negligencia” por parte de profesionales médicos del Hospital Granaderos Caballo de San Lorenzo. Según contaron, el hombre acudió al nosocomio con síntomas de
vómitos y dolor abdominal, pero en el hospital
le dieron el alta y a la pocas horas falleció a causa de una
peritonitis.
De acuerdo al relato de su hermana en una publicación en redes sociales, el pasado miércoles 16 de abril en horas de la noche, alrededor de las 23, llevaron a su hermano al nosocomio con un cuadro de “dolor abdominal y vómito de color verde. Además, no había podido ir al baño en todo el día”. Una vez que lo atendieron, lo dejaron internado en observación, con suero y le realizaron un análisis de sangre.
“A las 07hs de la mañana ya del día siguiente le dieron los resultados diciendo que tenía mal los valores de glóbulos pero que tenía el alta médica, que vaya a su casa a descansar y vuelva el lunes... Si, del jueves volver el lunes, increíble no?”, escribió su hermana.
Y continuó: “se retira, se queda en la casa de mi mamá con malestar pero confiando en los "médicos" a lo que a las 13hs del mismo día empieza con molestias, dificultad para respirar, en cuestión de minutos vomitó sangre y falleció en los brazos de sus hijos, de su mamá y una amiga que estaba justamente ahí acompañándolos”.
Tras ello, relató que le debieron realizar una autopsia ya que no estaba enfermo previamente. Según compartió la mujer en su cuenta de Facebook, los resultados de la misma arrojaron que murió a causa de una “peritonitis con perforación de colon”.
“Entendemos y recibimos opiniones profesionales sobre el caso y claramente fue una negligencia”, concluyó la hermana de la víctima, que cerró la publicación diciendo: “estoy con un dolor inmenso, con mucha impotencia y sin palabras. Se que esto no me va a devolver a mi hermano pero al menos quiero aportar mi granito de arena para que no vuelva a pasar un caso más”.
Esta denuncia pública se suma a la realizada el pasado lunes por una familia en la que señalaron que
durante un parto por cesárea un médico habría dejado encendido un bisturí eléctrico, lo que provocó quemaduras en la madre y en su beba recién nacida, llamada Cloe. Según el relato de los familiares, el bisturí encendido fue apoyado sobre las piernas de la madre y luego, sin ser apagado, la bebé fue colocada sobre el mismo lugar, lo que causó lesiones importantes en ambas.