La convocatoria fue impulsada por La Cámpora, el gobernador bonaerense Axel Kicillof, el Frente Renovador, gremios y algunos sectores de izquierda. Desde temprano, columnas de militantes coparon el centro porteño en una jornada cargada de tensión política y simbología peronista.
Uno de los momentos más esperados fue el mensaje en vivo de la expresidenta, que se transmitió desde su casa. “Estoy firme y tranquila aquí en San José, con prohibición de salir al balcón. Qué cachivaches que son”, ironizó CFK al inicio. Luego, apuntó con dureza contra el gobierno de Javier Milei: “Este modelo no tiene futuro, saben que se cae y por eso estoy presa. Pero hay algo que tienen que entender todos: pueden encerrarme a mí, pero no a todo el pueblo argentino”.
Cristina también reivindicó el poder de la organización popular: “El pueblo argentino sabe ponerse de pie, resistir, organizarse, sabe luchar y también sabe volver. Ya he pasado casi todo en esta vida. He soportado este proceso judicial infame que se arrastra desde hace años y que terminó con la misma corrupción con la que empezó”.
Y cerró su discurso con un mensaje directo a sus seguidores: “Vamos a volver. Y desde la trinchera que sea voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar junto a ustedes. Tenemos algo que ellos jamás van a tener. Tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria. Vamos a volver, una y mil veces”.
Desde el oficialismo nacional no tardaron en llegar las críticas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó la movilización como “la tiranía de la calle” y advirtió: “La confirmación de la condena fue una decisión de la Corte Suprema. Si no van a respetar las instituciones, ¿qué quieren, estar por afuera?”.
Mientras tanto, el acto continuó con discursos de dirigentes, música y expresiones de apoyo a la exmandataria.