El hallazgo de los restos óseos de Fernández se produjo en mayo pasado en el patio de una casa en Coghlan, propiedad de la familia de Graf desde la década de 1970. Este detalle posiciona a Graf, quien fue compañero del adolescente en la secundaria, en el centro de la investigación.

Graf se acercó al edificio judicial, aunque el fiscal a cargo, Martín López Perrando, no se encontraba presente. El sospechoso mantuvo contacto con un auxiliar fiscal y manifestó su voluntad de declarar.

Durante la jornada, el fiscal López Perrando también tomó declaración a seis testigos: tres eran ex compañeros de colegio de Fernández y otros tres obreros que estuvieron presentes el día en que se encontraron los restos.

Por ahora, no hay imputaciones formales ni medidas restrictivas contra Graf, pero la aparición de los huesos en la propiedad familiar aumenta las sospechas y la presión sobre el joven.