En una histórica ceremonia en la Basílica de San Pedro, el papa Francisco canonizó a María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, convirtiéndola oficialmente en la primera santa argentina. Frente a cientos de peregrinos argentinos, el pontífice leyó en latín la elevación a los altares de "Beatam Mariam Antoniam a Sancto Ioseph de Paz y Figueroa", proclamándola santa.

La creadora de los ejercicios espirituales, nacida en lo que entonces era la provincia de Tucumán en 1730, actualmente Santiago del Estero, fue alabada por el papa como "un modelo de fervor y audacia apostólica". La ceremonia contó con la presencia de aproximadamente 400 fieles argentinos, incluyendo al presidente Javier Milei, quién saludó al pontífice minutos antes de la ceremonia.



El Papa destacó en la homilía la notable labor de Mama Antula, quien caminó miles de kilómetros a pie por desiertos y calles peligrosas. Resaltó su dedicación a procurar "vida digna" para los pobres mediante el trabajo, la justicia y el pan cotidiano. Además, lamentó la presencia de personas que sufren en las veredas de las ciudades y denunció la "lepra del alma" representada por el egoísmo, el prejuicio, la indiferencia y la intolerancia.

En octubre pasado, Francisco aprobó un milagro atribuido a Mama Antula, relacionado con la recuperación de Claudio Perusini. La inexpliada mejoría de Perusini, que había sido alumno de Jorge Bergoglio, llevó a la canonización de la laica consagrada como santa.

La nueva santa ya había sido declarada beata en 2016, y en 2010, Benedicto XVI la reconoció como "venerable" por haber practicado las virtudes cristianas en grado heroico. Mama Antula falleció en Buenos Aires el 7 de marzo de 1799, y sus restos descansan en la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad.