Mucho más compenetrado en su función de vicepresidente segundo de Rosario Central que como intendente de Granadero Baigorria, Adrián Maglia forma parte de la comitiva que zarpó el pasado sábado por la noche hacia Venezuela, donde el equipo canalla enfrentará a Caracas por la tercera fecha de la fase de grupo de la Copa Libertadores.
El jefe municipal baigorriense había formado parte también
hace menos de dos semanas del viaje a Brasil, cuando el conjunto de Miguel Ángel Russo enfrentó a Atlético Mineiro. En aquella oportunidad incluso brindó declaraciones televisivas y se refirió a la situación de violencia e inseguridad que atraviesa Rosario, todo desde Belo Horizonte y obviando que él es jefe municipal de una localidad lindera.
Pero con este nuevo viaje por el continente y una nueva ausencia prolongada de la ciudad, se confirma lo que hace rato se sospecha: que Maglia es el intendente sólo formalmente y que ya delegó las funciones del Ejecutivo en otras personas de su entorno, como su hijo Luciano, al que colocó como Jefe de Gabinete.
Desde hace tiempo incluso las apariciones públicas de Maglia estuvieron más vinculadas a su actividad como directivo de la institución rosarina que por su tarea como mandatario baigorriense. En el último mes, sólo se lo pudo observar participando del acto del 2 de abril, en homenaje a los héroes de Malvinas.
Ayer por la noche, Maglia compartió la cena de camaradería previa al partido de esta tarde noche ante Caracas, con miembros de la Comisión Directiva del elenco venezolano, junto a Gonzalo Belloso, Carolina Cristinziano, Hernán Milici y Walter Bhuler, como representantes de Rosario Central. Fue en un lujoso restaurante.
Los reiterados viajes al exterior de Maglia se dan en un contexto económico y social complejo, en el que muchas familias baigorrienses se encuentran atravesando serias dificultades para llegar a fin de mes, que se suma a la situación de inseguridad que también enfrenta la localidad. Con todo, el enojo contra el intendente se acrecienta cada vez más.