El diputado provincial Carlos Del Frade presentó un proyecto de comunicación en la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe, advirtiendo a la provincia sobre una situación peligrosa para la sociedad toda sobre un producto altamente contaminante y peligroso para la salud.

Se trata de la “Jarosita”, un residuo emanado del proceso de creación de chapas de Zinc electrolítico, en lo que fuera la única fábrica de lingotes de Zinc puro en el país ArZinc (ex Sulfacid), planta que paró su producción y cerró sus puertas en 2016, dejando a más de 400 familias sin sustento durante el gobierno de Mauricio Macri.

La empresa Glencore, una de las principales socias de Vicentin en la explotación de la planta de Renova en Timbúes, fue la responsable del cierre de Ar Zinc, ex Sulfacid, en el año 2016, dejando a más de 130 trabajadores (directos) en la calle, en la ciudad de Fray Luis Beltrán, departamento San Lorenzo.

“Dejó un pasivo ambiental muy grande, toneladas de un residuo llamado jarosita que, además, contiene metales pesados, plomo, cadmio y mercurio, entre otros”, dice Del Frade en el escrito.



Desde 1975 hasta los años noventa, la jarosita fue dejada a cielo abierto en los depósitos "A", "B" y "C", a la vera del Río Paraná. Luego los nuevos residuos producidos se almacenaron en rellenos de seguridad en la zona rural de la ciudad a metros de la AUT01.

Esta zona fue aprobada por las áreas ambientales provinciales y construidos y operados por la misma empresa. Sobre los depósitos en zona rural, se desconoce si tienen el debido control del residuo enterrado y el estado de su contención.
“Hoy preocupa la contaminación y el nivel de estabilidad de la barranca. El Plan de Cierre y Remediación proponía tapar con un film de polietileno la montaña de jarosita para evitar el contacto del agua de lluvia sobre la misma pero no evitaba el contacto con el suelo y las napas de agua”, explica y agrega: “No fue aprobado y no hay indicio alguno que la situación se haya modificado”.



“Hay indicios de contaminación en las napas”, asegura el diputado.

El depósito de la jarosita llega hasta diez metros de profundidad y si llegara a producirse un derrumbe, ese material contaminante iría a parar a las aguas del Paraná. Y aguas abajo se encuentra la producción de agua de mayor caudal de la región lo que significaría un impacto directo a la salud de los ciudadanos que se conectan con el Acueducto Gran Rosario.

El acueducto, de 37 kilómetros de longitud, y abastece de agua potable a los usuarios de las localidades de Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, y a zona norte y noroeste las zonas oeste y sudoeste de la ciudad de Rosario.
“Es imprescindible conocer que medidas tomó el Ministerio de Medio Ambiente sobre semejante pasivo ambiental”, sentenció.