La llegada de Lionel Messi al Inter Miami de Estados Unidos puede ser una revolución para el fútbol del norte del continente, y ese envión promocional podría significar un cambio importante en la composición del mapa futbolístico de toda América.

Es que la idea, al menos según trascendidos por parte de la CONMEBOL, es que Messi juegue la Copa Libertadores, al menos con el Inter Miami en calidad de invitado. Este mecanismo ya ha sido utilizado por la federación madre del fútbol de este continente, cuando el DC United de Estados Unidos fue invitado a las ediciones 2005 y 2007 de la Copa Sudamericana.


(El DC United jugó la edición 2007 de la Copa Sudamericana frente a Chivas de Guadalajara)

La noticia trascendió desde medios brasileños, y abre la puerta nuevamente a la utópica idea de una unión continental para disputar la Libertadores, algo que pese a que los intereses económicos siempre estuvieron presentes, las distancias geográficas lo tornan demasiado complicado.

Por poner ejemplo de la situación, si los equipos rosarinos, en instancias continentales, deben viajar a Miami a competir por la fase de grupos de la Libertadores, deberán trasladarse hasta Capital Federal y volar alrededor de 12 horas hasta el sureste de Estados Unidos.

Pero, de permitirse la clasificación de equipos de toda la Major League Soccer, podría darse el caso de que ingresen equipos canadienses a la competencia continental. Volar desde la capital del país hasta Toronto, en Canadá, demanda aproximadamente entre 15 y 21 horas, dependiendo el tipo de vuelo.


(En 2015, Tigres armó un poderoso plantel con el que intentó llevar la Libertadores por primera vez a México. Finalmente cayó frente a River en la final)

De todos modos, el interés de los clubes mexicanos en volver a competir en Sudamérica existe. Cabe destacar que la última participación de equipos del país tricolor en CONMEBOL fue en el 2016, con Pumas de la UNAM llegando hasta cuartos de final. Un año antes, Tigres fue subcampeón llegando a la final frente a River.

Los clubes de México han sido grandes animadores de los torneos continentales desde su ingreso a los mismos en 1998. Las distancias, de entre 6 y 10 horas de vuelo, y el interés de los dueños de los clubes en potenciar sus vínculos deportivos y comerciales con Estados Unidos, fueron sacando a los equipos de este continente, pero claro que la cuestión principalmente competitiva los atrae a volver a Sudamérica.

La revolución de Messi será un cambio sin lugar a dudas en el fútbol estadounidense, y ese envión puede traer cambios importantes sin lugar a dudas en Sudamérica, más aún cuando los intereses económicos y comerciales son aún más poderosos que años anteriores.