El experimentado entrenador no dio más detalles, pero sus dichos parecen haber apuntado directamente a la decisión del campeón del mundo de volver a Central. Con su pasado como DT en la academia rosarina y su cercanía con el entorno, muchos interpretan la frase como un reclamo velado o incluso una crítica a la gestión de su vuelta, que ha sido celebrada por el pueblo canalla y vista con recelo por algunos actores del fútbol nacional.

La declaración tomó aún más fuerza por el contexto: Central atraviesa un presente institucional movilizante con el arribo de Di María, y mientras tanto Boca, con un plantel en renovación y sin grandes refuerzos de jerarquía, observa con atención los movimientos del resto. La frase de Russo puede entenderse como una forma de marcar presencia mediática y no ceder protagonismo ante la revolución rosarina.

Desde Rosario Central optaron por el silencio. No hubo respuesta oficial ni declaraciones públicas de ningún dirigente, ni tampoco del propio Di María, que una vez pasado el Mundial de clubes ya se presentará a entrenar con sus compañeros. En el entorno del jugador sostienen que está enfocado en adaptarse rápidamente al grupo y evitar cualquier distracción que lo aparte de su objetivo, rendir en su club de origen.

Mientras tanto, la hinchada canalla estalló en redes sociales. Muchos lo tomaron como una provocación innecesaria por parte de Russo, y otros recordaron con ironía su paso por Arroyito, donde tuvo dos ciclos marcados por altibajos. Algunos hinchas incluso pidieron que “ni le hable”, en defensa de su ídolo.