El Hospital Granaderos a Caballo de la ciudad de San Lorenzo se encuentra nuevamente en el centro de la polémica tras una serie de graves episodios, que van desde denuncias por mala praxis hasta ataques intencionales contra las instalaciones. Estos acontecimientos ponen en jaque al director de la institución, el Dr. Eduardo Ros, quien integra además de la lista de concejales del oficialismo en la localidad.
El pasado lunes,
una familia denunció públicamente que durante un parto por cesárea un médico habría dejado encendido un bisturí eléctrico, lo que
provocó quemaduras en la madre y en su beba recién nacida, llamada Cloe. Según el relato de los familiares, el bisturí encendido fue apoyado sobre las piernas de la madre y luego, sin ser apagado, la bebé fue colocada sobre el mismo lugar, lo que causó lesiones importantes en ambas.
A este hecho se suma un nuevo ataque contra las instalaciones del hospital. Esta vez,
una de las puertas de ingreso fue incendiada, y en el lugar se encontró un bidón con combustible, lo que sugiere intencionalidad.
Es el segundo ataque en menos de un mes, luego de un incidente similar ocurrido el pasado 15 de marzo.
Desde la Delegación San Lorenzo de ATE, expresaron su repudio y exigieron una investigación urgente. “Este tipo de hechos atentan contra el bienestar de todos y no pueden ser tolerados”, indicaron desde la entidad gremial.
Durante la gestión del médico y político, que supo enfrentar con críticas al oficialismo local, surgieron situaciones lamentables para una institución pública que pierde confianza ante la comunidad. Entre los casos más resonantes se destacan el
fallecimiento de Renzo, un niño de 6 años que falleció en diciembre pasado en el nosocomio en medio de denuncias de otra posible mala praxis, lo que sumó otra capa de tensión.
A esto se suman las críticas recurrentes hacia la atención discontinua de la Guardia Pediátrica o los reclamos por la demora en la asistencia médica. Los trabajadores también vienen denunciando que las condiciones no son las adecuadas para la prestación médica. “No están dadas las condiciones de limpieza e infraestructura para una correcta atención, espacios como la guardia- Laboratorio- enfermería o sala de pre parto no están aptos para trabajar y/o atender a las personas que lo necesitan”, denunciaron desde ATE semanas atrás en medio de un abrazo solidario al efector.
Estos hechos generan una profunda preocupación en la comunidad sanlorencina. A la falta de respuesta ante hechos graves de salud se le suman episodios de inseguridad dentro del mismo nosocomio, lo que pone en jaque no solo la calidad del servicio, sino también la integridad física de trabajadores, pacientes y sus familias.
Si bien Ros había asumido con la intención de continuar en el cargo sólo hasta el 10 de diciembre, cuando culminara la gestión de Perotti, el médico cirujano siguió en el cargo con la nueva gestión provincial de Maximiliano Pullaro. Ahora, con una crisis que se agudiza cada semana, su continuidad pende de un hilo y su salida, con el objetivo de descomprimir la situación, es un rumor cada vez más fuerte.